
Del modo de conducirnos en el templo
El templo es la casa del Señor. Es un lugar de oración y recogimiento, donde se debe guardar silencio
protocolo.org
Cómo comportarse en la iglesia
Aquella urbanidad
El templo es la casa del Señor. Es un lugar de oración y recogimiento.
1. Al entrar en el templo procuremos no hacer ruido, a fin de no distraer la atención de las personas que en él se encuentren.
2. No debe saludarse a ninguna persona desde lejos, y si estuviera cerca apenas un ligero movimiento de cabeza.
3. No tomemos nunca asiento sin haber hecho una genuflexión hacia el altar mayor. Tanto el varón, como la mujer, deben permanecer algunos instantes arrodillados antes de sentarse.
4. Debemos seguir al sacerdote durante la Santa Misa y no volverse ni conversar, como hacen muchas personas.
5. En el acto de la elevación, nos arrodillaremos doblando ambas rodillas, hasta que aquél haya concluido.
6. Si estamos de pie, mantengamos el cuerpo recto, y cuando estemos sentados no crucemos las rodillas.
7. Al retirarnos del templo, si salimos por la puerta principal, debemos hacer una genuflexión hacia el altar mayor.
-
1114
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los vestidos anchos y cómodos han sucedido a los angostos, estrechos y apretados.
-
Nunca se encarecerá bastante a los jóvenes el crédito y el descrédito que nos granjean los compañeros con quienes estamos más intimados.
-
Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
-
Ved como vuestro padre os enseña prácticamente a ser atentos y corteses con las damas.
-
Reglas sencillas de cortesía, de buenos modales y de instrucción para las niñas.
-
De la urbanidad en las maneras de los niños.
-
De las condiciones que la cortesía pide que acompañen a las palabras.
-
Cuando a alguno de nuestros deudos o amigos le haya sobrevenido una desgracia, le manifestaremos la parte que en la misma nos tomamos.
-
No hay cosa tan delicada como el carácter moral, y en nada debe ser uno tan interesado como en conservarle puro.
-
Urbanidad de las distintas maneras distintas de hablar.
-
Hay quien tiene costumbre de tutear a sus criados, y no aprobamos semejante costumbre.
-
Las tertulias y encuentros amenizados por un músico u orquesta.