El aseo de nuestros vestidos
Nuestros vestidos deben estar siempre aseados, bien cuando estamos en la calle, en la escuela, en alguna visita o dentro de nuestra casa

protocolo.org
Mantener limpia la ropa y en buen estado
Aquella urbanidad
1. Nuestros vestidos deben estar siempre bien limpia, bien cuando estamos en la calle, en la escuela, en alguna visita o dentro de nuestra casa.
2. Debemos cuidar en todo instante que nuestra ropa nunca esté sucia, ajada ni rota.
3. Aunque seamos de modesta condición económica debemos mudar de ropa interior con la mayor frecuencia posible.
4. Cuidemos el calzado. Debe estar siempre limpio y con lustre.
5. Las medias o calcetines deben cambiarse, si fuera posible, todos los días.
El aseo es la elegancia del pobre.
-
1093

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los embajadores extranjeros son particularmente invitados a las fiestas nacionales y de la corte.
-
Cuando se está invitado en casa de otro, no es educado servirse uno mismo.
-
Ofendemos a otro, en la persona matándole, hiriéndole, maltratándole, tratádole con desprecio o insolencia, molestándole o inquietándole de cualquier manera.
-
La cortesía invita a veces a servirse de un bastón, pero sólo la necesidad permite llevar una cachava en la mano.
-
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
-
Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo
-
Dentro de casa hay que saber mantener una imagen y un comportamiento apropiado sobre todo cuando se reciben visitas
-
El arte de trinchar fue mirado por nuestros antepasados como tan esencial que era, entre las personas bien educadas, una cualidad indispensable
-
La bondad constante e ilustrada unida a la severidad variable, esto es, creciente o decreciente según aumentan o disminuyen la docilidad del hijo o la malignidad de su ánimo.
-
Cuando consideramos al amigo como parte de nosotros mismos, los respectivos bienes se convierten en patrimonio común.
-
Normas que deben seguir los comensales en los convites.
-
La naturaleza humana es la misma en todo el mundo; pero sus operaciones varían tanto según la educación y según la costumbre.



