Aquella urbanidad Página 6
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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Un hombre arrebatado de cólera es lo mismo que un furioso que no sabe ya lo que se hace.
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Antes de afligirnos de cualquier mal que creamos que nos amenaza, es menester que reflexionemos si es (verdaderamente) probable que semejante mal nos suceda.
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Todos los hombres están sujetos a padecer aflicciones de ánimo.
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Entre las diversiones deben preferirse a las demás las que nos ponen en movimiento, y nos hacen ejercitar las fuerzas.
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Debemos acostumbrarnos en todos tiempos a fijar nuestros deseos en el bien infinito, y a no anhelar en el mundo más bienes que los que poseemos.
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La correspondencia, bien personal o empresarial, debe ser escrita con arte y estilo, a la vez que con corrección y limpieza.
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El que se halla privado de los favores de la fortuna, debe tomar un estado con el cual pueda procurarse su subsistencia y la de su familia.
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Por grande que sea la dignidad, por alto el empleo que ocupemos, ninguna consideración nos dispensa del respeto que debemos a nuestros padres.
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Muchos hay, por desgracia, que pasan en ejercicios perniciosos, en la disolución, en la embriaguez, las horas que debieran consagrar al culto del Eterno.
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Al entrar en el templo del verdadero Dios, se empieza por tomar agua bendita y santiguarse.
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La impresión que produzca en ellos su conducta y sus bellos sentimientos, le harán incomparablemente más honor que el triunfo de sus atractivos.
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Baila con gracia y modestia, y no hagas ostentación de tu habilidad.
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En los sitios públicos hay que guardar cierta compostura, cierta cortesía y ser respetuosos con los demás.
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El juego es una actividad social en el que las personas demuestran, como en la mesa, su buena o mala educación.
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Hablándose de literatura o de alguna ciencia, no aventuréis vuestra opinión, sino tenéis algún conocimiento del objeto de que se trate
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El paseo con más personas requiere de cierta cortesía, atención y amabilidad.
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Los caballeros presentarán la mano a las damas, acompañándolas a la sala destinada para comer.
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No hay cosa más incómoda que recibir una visita en un momento de ocupación o cuando tratamos negocios interesantes o urgentes.
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Estar correctamente vestido en cualquier ocasión es fundamental para presentarse de forma correcta ante los demás.
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Hay ciertas cosas que nos disgustan por lo que toca a los demás, y otras que nos incomodan con relación a nosotros mismos.
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Sea cual fuere el objeto de la conversación, exponed con modestia vuestra opinión, defendedla con moderación y serenidad
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Varias veces los labios de un joven expresan conceptos finos, frutos precoces del talento.
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Burlarse de un anciano es lo mismo que atropellarle, insultarle, y como el ofendido carece de fuerza para pedir satisfacción, resulta que el opresor es un cobarde
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La observación nos da a conocer los usos de la sociedad, el hábito nos los hace familiares y naturales.
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El amigo puede solicitar del poderoso, aunque sea con instancia y empeño, un empleo o una gracia para el amigo.
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Las leyes de la moral imponen al hombre que vive en sociedad, la obligación de ser prudente, discreto, circunspecto, indulgente.