
Generalidades de la urbanidad
Consejos y sugerencias sobre cuestiones generales relativas a la urbanidad
USAG- Humphreys
Generalidades de la urbanidad
1. Son perjudiciales los pecados capitales.
2. No hay que hacer caso de los sueños
3. Es malo quejarse sin motivo.
4. El creer en agüeros, brujas, duendes, etc., es de ignorantes.
5. El temor infundado, los sustos, etc., dan lugar a tristes consecuencias muchas veces.
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6. Las enfermedades conviene cuidarlas a tiempo.
7. No conviene romper con los dientes ninguna cosa dura.
8. Tampoco el leer con poca luz.
9. El fumar no es útil, por lo general.
10. Los hábitos ejercen una gran influencia en la higiene, porque constituyen una segunda naturaleza, puede decirse así, y de aquí la importancia de acostumbrarnos a los buenos hábitos en todas las cosas.
11. Es peligroso exponerse al viento estando sofocado o sudando.
De los tratamientos.
En nuestras conversaciones o escritos, hemos de dar a las personas a quienes nos dirijamos, a menos que la mucha intimidad que con ellas nos ligue no lo exija, el tratamiento que tengan; Vd. -Usted-, V.S. -Vuestra Señoría-, V.E. -Vuestra Excelencia-, etcétera.
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No olvidéis que el desventurado tiene necesidad de hablar de sus desgracias, pues mientras derrama sus angustias en el pecho de los demás siente como se aligera su peso.
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El mentir o cambiar una cosa, que es lo mismo, para disculparnos de lo que hemos dicho o hecho, y para evitar el peligro o la vergüenza que pueda resultarnos, manifiesta la gran cobardía y doblez de nuestro corazón
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Sobre el modo de trinchar y servir la mesa, reglas a observar.
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Es tan natural en el hombre la tendencia a ensalzarse a sí mismo y a deprimir a los otros, que casi sin notarlo y sin ánimo resuelto de ofender mortificamos el amor propio de los demás.
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Hay visitas que son necesariamente cortas, como las que se hacen en las tres épocas señaladas de la vida: visitas de bautismo, de boda y de duelo.
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Cuando se escribe a persona distinguida, se pone el título así: Excelentísimo Señor, aparte.
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Educando se instruye; instruyendo se educa; es, por tanto, muy difícil señalar la línea divisoria entre la educación y la instrucción
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Nunca hay que hacer esperar a una persona que acude a visitar a uno, a menos que se esté comprometido con personas de mayor rango que ella.
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Guardaos también al escuchar la historia o relación de un suceso de decir: "eso lo sé yo muy bien".
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Las personas de una misma familia que se encuentran desacordadas no pueden jamás recibir dignamente a una visita. La paz doméstica es fundamental tanto para la convivencia cordial como para las relaciones sociales de la familia
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Es bien entendido que la dueña de la casa pondrá todo el cuidado posible en romper el hielo entre los invitados, presentando a todos los que no se conozcan.
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Máximas sobre los bailes y pasatiempos lícitos.