Protocolo para hablar por el teléfono móvil-celular-. Cortesía telefónica. Reglas de etiqueta para usar el teléfono móvil - celular en nuestro día a día

Consejos para usar de forma correcta el teléfono celular-móvil: reglas de cortesía y otras sugerencias

Teléfonos celulares: de la comunicación a la ostentación

Los teléfonos móviles - celulares son una 'herramienta imprescindible' en nuestras vidas desde hace unos años. Prácticamente, vivimos pendientes de nuestros teléfonos móviles a todas las horas del día. Llamadas, mensajes SMS, wasaps, correos electrónicos, etcétera. Debemos aprender a 'dosificar' correctamente su uso como hacemos con los medicamentos.

No hay muchos "inventos" que hayan calado tanto y tan rápido en la sociedad como el teléfono móvil o celular. Su aparición ha sido más que un hito tecnológico, una auténtica revolución social. Está presente en nuestras vidas, tanto el ámbito profesional como en la esfera social y personal. Incluso diríamos, que está 'demasiado presente' hasta el punto de ser una adicción para muchas personas.

En sus inicios, los teléfonos celulares significaron un símbolo de estatus (debido a su alto precio, solo podían disponer de él unas pocas personas). Sus tamaños eran aún considerables y la cobertura escasa. Por lo tanto, su utilidad y sus prestaciones eran muy limitadas.

En la actualidad, la reducción de precios y el aumento de prestaciones de los teléfonos móviles o celulares, ha dado lugar a un consumo masivo de este aparato por parte de todo tipo de personas y edades. La gran cantidad de modelos disponibles en el mercado hacen que haya un teléfono móvil, prácticamente, para cada necesidad o gusto personal.

El teléfono móvil presente en todas las facetas de la vida diaria

Millones de unidades de teléfonos móviles se venden a diario en todo el mundo. Esta venta masiva de teléfonos ha sido el punto de partida para originar una verdadera "plaga" que ha invadido todas las facetas de nuestra vida diaria, tanto a nivel social como a nivel personal. Sea el que sea el lugar donde uno vaya, no es nada extraño que suene un teléfono celular-móvil o que veamos a una persona haciendo uso de él.

Su utilización masiva se está convirtiendo en un abuso en muchos casos. Su uso debería estar limitado cuando se colisiona con la frontera del respeto a los demás. El teléfono móvil-celular hay que utilizarlo con cierta prudencia. No suele haber tanta necesidad de él como se quiere hacer creer (salvo ciertas excepciones). Independientemente de los consejos que aquí damos, como regla general, no hay que usar el teléfono móvil - celular en situaciones que puedan molestar a los demás.

¿Dónde puedo usar el teléfono móvil - celular?

Evitemos usar el teléfono móvil - celular en cualquier sitio donde se represente un espectáculo (teatro, ópera, cine, musical, etcétera).

Tampoco debería usarse el teléfono celular en sitios donde se celebre un acto o ceremonia (iglesias, conferencias, discursos, mítines, etcétera).

Si acudimos a una oficina o despacho ajeno por el motivo que sea, no debemos colocar el teléfono móvil sobre su mesa (podría tomarse como una especie de invasión). El teléfono, mejor en modo silencio o vibración, en nuestro bolsillo, en el maletín, en la mochila o en cualquier otro lugar donde pueda guardarse.

Tampoco seamos de esas personas que comen con el teléfono móvil a un lado como si fuera un cubierto más o como si hubiera un comensal más en la mesa. El teléfono, mejor no dejarlo a la vista -por mu bonito que sea-.

No hay que usar el teléfono móvil-celular en situaciones en las que pueda molestar a los demás -como por ejemplo interrumpiendo una conversación-.

Tampoco usemos el teléfono celular en hospitales, aviones y sitios donde pueden producir interferencias o esté expresamente prohibido utilizarlo -suele haber carteles o rótulos donde se advierte esta prohibición-. Este motivo suele ser variable en función de los avances de las tecnologías. Por ejemplo, en muchos vuelos ya se permite el uso de los teléfonos móviles.

El teléfono móvil 'herramienta' de comunicación no de ostentación

Aunque un teléfono móvil-celular se puede usar en cualquier parte, hay que saberlo utilizar con un poco de sentido común (que dicen es el menos común de los sentidos) y con prudencia. Hay que saber llevar el teléfono móvil de forma natural y discreta. Mejor guardado en nuestro bolsillo, cartera o mochila. Un teléfono celular no es una joya o complemento que debamos lucir a cada momento, aunque a algunas personas si se lo parezca.

Uso laboral o uso personal

En el trabajo, es posible usarlo en determinadas reuniones donde se necesita consultar algún tema con alguna persona que no está presente, en el coche -parado o con un sistema de manos libres-, en un camión de reparto (también con un kit de manos libres) y por regla general en un entorno profesional y laboral, así como en sitios que por extensión sean aplicables alguno de los casos anteriores.

Si recibimos alguna llamada en presencia de otras personas, lo correcto es retirarse a un sitio apartado para hablar y pedir disculpas por ausentarse. Si es una llamada que puede interesar a las personas que están con nosotros, podemos poner el 'manos libres' siempre pidiendo el permiso correspondiente a la persona que llama.

Cuando hablamos del entorno personal, el teléfono móvil-celular no debe ser el protagonista de nuestra vida. Como hemos comentado anteriormente, en lugares públicos donde no sea la calle, es mejor no utilizarlo -espectáculos, ceremonias, hospitales, bibliotecas, etcétera- salvo que sea estrictamente necesario.

Tampoco es correcto hacer o responder una llamada si estamos conversando con otra persona o grupos de personas, salvo que sea una llamada urgente y necesaria. El teléfono celular-móvil mejor guardado en el bolsillo, la cartera, el portafolios... pero no "presumiendo" de teléfono encima de cualquier mesa, o en cualquier otro sitio donde, además, nos lo pueden sustraer.

Resumiendo, el móvil es una 'herramienta' que debemos aprender a usar correctamente. Igual que cualquier otra 'herramienta' se puede usar bien o mal. La culpa no es de la 'herramienta' sino del que la utiliza. Por esta razón, no se puede 'echar la culpa' al teléfono o a los avances tecnológicos, sino a los que hacen un uso incorrecto de estos avances.