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Navidad fuera de casa. Comer en un restaurante

Si de forma habitual no comemos fuera de casa puede que este artículo nos disipe algunas dudas

Se lee en 8 minutos.

Si queremos evitar todos los preparativos de una celebración navideña, vámonos fuera de casa
Celebrar la Navidad fuera de casa. Si queremos evitar todos los preparativos de una celebración navideña, vámonos fuera de casa

¿Comemos fuera de casa esta Navidad? Celebrar la Navidad fuera de casa

Reglas de etiqueta para comer en un restaurante en Navidad

Llegan las fiestas navideñas y las tradicionales comidas de Navidad. No hay nada mejor que sentarse a comer en familia, reír y compartir anécdotas. Pero, ¿y si no nos gusta cocinar? Hay opciones para todos los gustos. Una de ellas, es salir fuera de casa. Aunque tampoco es una mala idea, que nos inviten.

La Navidad puede dar mucho trabajo en cuanto a la cocina y atención de los invitados se refiere. También en cuanto a compromisos sociales, regalos, etcétera. Por esta razón, hay personas o familias que no se complican la vida haciendo todo tipo de preparativos para las fiestas navideñas. Prefieren dejarlo todo en manos de profesionales y disfrutar de las Navidades. Comer fuera de casa por Navidad es una tradición para mucha gente que no quiere complicarse la vida en su casa.

Si no comemos fuera de casa habitualmente, puede que este artículo nos disipe algunas dudas que podamos tener al respecto, en cuanto al comportamiento y la forma de actuar en un restaurante o casa de comidas.

Normas de etiqueta en el restaurante y en la mesa de Navidad

- Al llegar al restaurante, se cede el paso a las señoras. Antaño pasaba primero el caballero para elegir la mesa. Eso es historia en la actualidad. Si invitamos nosotros a familiares o amigos, debemos ser los primeros en llegar al restaurante para esperar a nuestros invitados.

- El maitre o el encargado de la sala nos conducirá hasta nuestra mesa donde debemos decidir dónde se coloca cada persona. Por regla general, se suele aplicar la precedencia por edad. Los mayores presiden la mesa y luego se colocan por orden descendente de edad, de forma alterna, a la derecha e izquierda de la persona que preside. Solo es un consejo, se pueden sentar por cualquier otro orden y utilizar cualquier otro criterio para establecer las precedencias.

- Si la comida no ha sido encargada, cada invitado puede elegir su plato de la carta. Si no sabemos cómo está cocinado un plato o desconocemos algún término culinario (porque está en otros idiomas o es un 'lenguaje' demasiado técnico) lo mejor es que preguntemos y nos informemos para saber lo que estamos pidiendo y como está preparado. No hay que olvidarse de indicar, cuando pedimos determinados platos como carnes y pescados, como nos gusta que esté preparado, un poco pasado, en su punto o muy hecho.

- En lo que respecta a las bebidas, lo mejor es dejarlo en manos de la persona o personas que más entiendan sobre esa materia. Un buen maridaje de bebida y alimentos es fundamental para disfrutar de una buena comida. En caso de no contar con alguna persona que domine la materia, nos podemos dejar aconsejar por los profesionales del establecimiento -si el restaurante cuenta con un sumiller, nos puede aconsejar lo mejor-.

- Una vez resuelto el tema de la comida y de la bebida, esperamos a que sirvan los primeros platos. Extendemos la servilleta sobre nuestro regazo y en el caso de los niños se les puede anudar al cuello, pero solo a los más pequeños. El resto de jóvenes debe empezar a aprender el uso de la servilleta.

- Nadie debe empezar a comer hasta que no hayan servido a todos los comensales, salvo que alguno lo pida o los propios comensales nos indiquen que podemos empezar sin ellos (para tomar el plato en su punto, para que no se enfríe, etcétera).

- Los invitados más mayores seguramente sabrán qué cubierto utilizar. Los pequeños deben ir aprendiendo con nuestro consejo y tutela. Los cubiertos siempre se utilizan de fuera hacia adentro. Los más alejados del plato son los primeros que se utilizan. No obstante, al tratarse de un restaurante, puede darse el caso que nos vayan poniendo los cubiertos a medida que nos ponen los platos, por lo que no habrá lugar a confusión alguna. Se deben utilizar los cubiertos que nos ponen.

- El pan que se toma durante la comida está siempre colocado a nuestro lado izquierdo. Si tomamos el del lado derecho se lo estamos quitando al comensal de nuestra derecha. Recuerde, lado izquierdo superior.

- Las bebidas siempre se toman sin tener comida en la boca y una vez que nos hemos limpiado los labios. Lo mismo haremos al terminar de beber, limpiarnos los labios con la servilleta.

- Hay que tener en cuenta que los alimentos se sirven por la izquierda y los platos se retiran por la derecha -los alimentos que viene preparados de cocina se pueden servir por la derecha también-. Las bebidas se sirven por la derecha.

- No se debe meter el cubierto de uno en el plato de otro ni para probar comida ni por otra razón. Tampoco se debe intercambiar comida entre platos. Si se comparten platos, lo mejor es pedir varios platos limpios, los que sean necesarios para hacer el reparto de comida.

Familias enteras salen de viaje o se van a un hotel a  pasar las navidades
Las navidades fuera de casa son cada año más habituales. Familias enteras salen de viaje o se van a un hotel a pasar las navidades

- Si hacemos una pausa mientras comemos, para hablar, para levantarnos de la mesa (aunque no se debería levantar nadie a media comida) o por cualquier otra razón, los cubiertos se dejan uno a cada lado del plato, pero dentro del plato no apoyados en el mantel.

- Para indicar que hemos terminado un plato se dejan los cubiertos juntos en la posición de las cuatro y veinte (o las seis y media, un poco menos cómodo para el comensal). Dejarlos de forma perpendicular a nosotros -posición de las seis y media- puede ocasionar accidentes al acercarnos a la mesa para tomar un trago o para acercarnos a tomar algo (un salero, un trozo de pan, etcétera). También, el camarero al recoger al plato, si lo inclina un poco, puede hacer que los cubiertos acaben en nuestro regazo.

- Como en algunos restaurantes es costumbre adornar las mesas, si nos molesta el centro de mesa por su tamaño, por su perfume, etcétera, podemos pedir que lo retiren. Si lo dejamos en la mesa ni nosotros ni los más pequeños deben jugar con el centro de mesa y mucho menos deshacerlo quitando flores, adornos...

- Si se acaba una determinada bebida o necesitamos pedir algo, podemos hacer una señal al camarero (nunca a voces o con muchos aspavientos) para que se acerque a la mesa.

- A la hora del café hay que tener mucho cuidado con gestos como levantar el dedo meñique al tomar la taza, dejar la cucharilla dentro del café cuando bebemos, hacer mucho ruido al revolver el azúcar, etcétera.

- A la hora de pagar lo mejor es que haya pactado la forma de hacerlo, sobre todo si tenemos invitados, para evitar la típica "pelea" por pagar. La propina a dejar debe ir en función del trato recibido y de la percepción que hayamos tenido del servicio recibido. En España se suele dejar poca propina; muchas veces no llega ni al 5% de la cuenta. Aunque teóricamente se diga que se debe dejar un 10% del valor de la cuenta.

- Si la cuenta se paga a medias (es decir, reparto proporcional entre varios comensales) lo mejor es que pague uno toda la cuenta y luego, con más calma, hacer el reparto proporcional de los gastos con mayor tranquilidad.

- Si hay servicio de guardarropas, guardacoches, etcétera, también debemos darles una buena propina (y más en estas fechas tan entrañables).

- Es habitual, cada vez con mayor frecuencia, no poner palillos (mondadientes en la mesa). Si queremos utilizar uno lo mejor es solicitarlo -pero utilizarlo con mucha discreción-. Incluso mejor fuera de la vista de los comensales. Ni que decir tiene que el uso del hilo dental solo se concibe en privado (en el cuarto de baño, por ejemplo).

- No debemos sentarnos a la mesa con el móvil encendido (salvo que sea una necesidad) y mucho menos colocarlo encima de la mesa como si fuera un cubierto más. Lo mismo con el bolso de las señoras -salvo los bolsos pequeños de mano-, que debería dejarse en el guardarropa (salvo que, como el móvil, sea necesario); entonces se puede dejar a un lado o en la parte posterior de la silla.

- Las conversaciones siempre con un tono de voz adecuado y nada de dar voces de lado a lado de la mesa. Los brindis cordiales y también sin demasiado bullicio. El simple gesto de chocar las copas es suficiente. Nada de recorrer toda la mesa haciendo chin-chin con todos los invitados.

- Si nos surge cualquier duda, podemos preguntar sin ningún miedo. Nadie ha nacido con todas las preguntas resueltas ni con todo el saber incorporado como las enciclopedias.

Resumiendo, disfrutemos de la Navidad y de los gratos momentos en compañía de familiares y amigos. Tenemos que tratar a todo el mundo con respeto y manteniendo una actitud cordial. Los buenos modales no deben faltar en ningún momento de la velada, aunque haya alguna circunstancia que pueda originar enfados, discusiones o "diferencias de opiniones".

 

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