Formas de conversar. Las conversaciones. Tipos de conversaciones. Cómo tener una buena conversación
Bien sea en una reunión, en una sala de espera, en una fiesta... las conversaciones son una práctica habitual en muchas situaciones cotidianas
Cómo tener una buena conversación. Tipos de conversaciones
El arte de saber conversar y saber escuchar a los demás
La conversación es hablar con una o varias personas alternando los turnos de palabra. A lo largo de nuestra vida vamos a participar en todo tipo de conversaciones. Por esta razón es importante conocer algunas reglas o pautas para conversar con acierto en cualquier situación u ocasión.
Hacer uso de la palabra en cualquier tipo de reunión social o en el ámbito del trabajo resulta sencillo para la mayoría de las personas, aunque no siempre lo hagamos de forma correcta. En algunas ocasiones hablamos sin preocuparnos demasiado por el vocabulario utilizado y por cómo decimos las cosas. Decía el Señor Carnegie en una de sus conferencias: "que la capacidad de hablar bien es el camino más corto hacia la distinción de una persona". Debemos preocuparnos de lo que decimos, pero también de cómo lo decimos.
Hablar sin pensar puede ser arriesgado
Antes de hablar, hay que pensar lo que se va a decir. Algo que se dice no tiene marcha atrás (según un dicho popular no se puede recuperar: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida).
Debemos dirigirnos a otras personas de una manera educada y cordial, procurando no hablar de personas que no estén presentes (y mucho menos si es para hablar mal de ellos). Hablaremos de una manera pausada, clara, sin alzar demasiado la voz. La voz es algo innato en nosotros, pero educarla es solo una cuestión de disciplina.
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No es lo mismo mantener una conversación entre dos personas que hablar en un grupo o corrillo. Una conversación entre dos personas suele ser más seria e incluso más personal. Una conversación en grupo suele tener un carácter más social y hablar de temas comunes de trabajo, aficiones o temas de actualidad. Aunque lo veremos más a fondo en el capítulo "temas de conversación".
Saber estar callado y escuchar
Un buen conversador no solamente habla, también debe saber escuchar. Una conversación no es un monólogo. Debemos dejar hablar, aunque el tema no sea muy interesante o no seamos unos auténticos expertos en esa materia. Tampoco debemos hablar en exceso de nosotros mismos. Hay que hablar de temas que interesen a nuestros interlocutores. Si sabemos hablar y escuchar en su justa proporción, crearemos un buen clima para una perfecta conversación entre todos los presentes.
Todos deben participar
En algunas conversaciones nos podemos encontrar con gente excesivamente reservada o tímida. Lo mejor que podemos hacer es tratar de involucrarlos en la conversación, para que se sientan integrados. Evitemos que haya personas aisladas en una conversación -los llamados espacios de silencio-.
La mayoría de los tímidos son grandes y prudentes conversadores, únicamente hay que darles una oportunidad. Procuremos tantearles un poco para conocer los temas que les resultan de mayor interés. Hagamos todo lo posible para evitar no dejar al margen a nadie en ninguna conversación.
Tipos de conversaciones
Las conversaciones se pueden desarrollar en distintos ambientes:
- conversaciones entre amigos que no suelen presentar ningún problema al ser todos bien conocidos -salvo disputas futbolísticas o políticas-.
- conversaciones de trabajo: en este tipo de conversaciones se suelen tratar temas profesionales, no dando lugar, salvo pequeños incisos, a temas o anécdotas personales.
- conversaciones 'sociales' Almuerzos y cenas: dependerá mucho del tipo de celebración y de los invitados que tengamos cerca. Pero nunca se habla solamente con los vecinos de mesa (la derecha y la izquierda). Si la mesa lo permite se hará una conversación general para todos.
Conversaciones de pareja, las justas
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Cuidado si acudimos con nuestra pareja. No podemos conversar solamente con ella, sería una descortesía. Además, ¿que pasaría si todo el mundo hiciese lo mismo? Por eso el "Protocolo" no sienta casi nunca juntas a las parejas, trata de "dividirlas" para integrarlas en el grupo -lo que se conoce como "ley del descanso matrimonial"-.
Si vemos que nadie comienza la conversación, podemos lanzar alguna "sonda" para averiguar cuál puede ser un buen tema a tratar (temas de conversación). En todo caso, el anfitrión deberá ser quien procure iniciar la conversación. Y si hay varios grupos, podemos hacer lo mismo en los grupos que pueda o en los que vea invitados poco activos.
Para ser un correcto conversador tenemos que tener en cuenta algunas reglas básicas tales como:
- Respetar las opiniones ajenas, aunque no estemos de acuerdo con ellas. Se puede rebatir pero no descalificar. Procuremos sonreír y mostrarnos amables con todos nuestros interlocutores, mirando a todos ellos a la cara. No es correcto "violar" su intimidad con preguntas o alusiones demasiado personales.
- Tampoco es correcto monopolizar la conversación. Hay que escuchar a todas las personas.
- No hablemos de forma continua sobre nosotros mismos, de nuestros logros o de lo que tenemos, y mucho peor, no hagamos de menos a nadie.
En definitiva, hay que respetar unas mínimas normas de cortesía y buena educación. Hasta cuando se trata con una persona maleducada hay que tratar de no perder los buenos modales. No es lo más apropiado ponerse a su altura.
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