Reglas etiqueta con nuestra pareja o cónyuge. Comportamiento en pareja. Buenos modales en pareja
Siendo una persona educada y cortés haremos más fácil nuestra convivencia y la de todos los que nos rodean
Convivir en pareja con respeto y armonía
La vida en pareja: cuestión de educación
Cuando dos personas conviven, unidas o no por un lazo legal o familiar, deben mantener una serie de reglas o normas de convivencia para que esa vida compartida sea lo más agradable y pacífica posible.
La educación y la cortesía en el seno de una pareja no deberían olvidarse nunca, pues ello nos ayuda a llevar una convivencia mejor. Los pilares en los que se basa una buena relación son el conocimiento mutuo, la capacidad de aprendizaje, esforzarse en saber valorar y apreciar a la pareja, comprenderla y respetarla.
Una persona bien educada y amable hará mucho más fácil nuestra convivencia y la de todos los que nos rodean. No olvidemos nunca los buenos modales en casa. Hay que ser educados dentro y fuera de casa. No hay que ser educados a tiempo parcial.
Compartir con la otra persona
Tenemos que olvidarnos de egoísmos y tomar las decisiones de forma conjunta. Nunca se debe tratar de imponer los criterios de uno. Hay que razonar.
Tomar decisiones en pareja, es un ejercicio en común. No debemos confundir ironía con amabilidad (quien no ha visto alguna vez preguntar con cierta "sorna" si le molesta que fume, cuando sabe de sobra que odia el tabaco; en cambio, si es amable preguntar si puede cambiar de canal de televisión). La amabilidad y las atenciones son buenas, pero no con exceso, sin agobiar y sin molestas ironías.
Tener una palabra amable, una palabra cariñosa
Atención, simpatía y, muchas veces, una buena sonrisa a tiempo ayudan mucho a tener buena armonía en nuestras relaciones. Hay que ser delicado siempre con nuestra pareja, cualquiera que sea el momento. Pero sobre todo hay que ser siempre sincero.
La sinceridad no está reñida con la cortesía. Aunque a veces una mentira "piadosa" evita una cruda realidad (generalmente para dar noticias negativas). No por ello debemos traicionar nunca uno de los valores fundamentales en toda relación de pareja: la confianza. La falta de confianza genera desasosiego y es la causa del "resquebrajamiento" de muchas relaciones.
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Silencios incómodos que pueden 'marcar distancias'
Si tenemos dudas, hay que preguntar. Nunca hagamos conjeturas solo con los pensamientos o ficciones imaginarias. Es mejor hablar, que empezar a registrar el bolso -cartera-, los bolsillos o las pertenencias personales como una cartera o un teléfono móvil-celular.
La falta de confianza siembra el desasosiego y "mina" muchas relaciones. Lo mismo que para la confianza, para cualquier otro tipo de problemas. Nunca debemos guardar silencio. La mejor terapia es hablar, platicar. Si falta comunicación en la pareja, es posible que los problemas se enquisten. El silencio es el caldo de cultivo perfecto, para que muchos problemas echen raíces y crezcan. El silencio, en algunos casos, deja demasiado tiempo a la "imaginación" que no suele ser una buena consejera en este tipo de situaciones.
Aspecto y cuidado personal: no hay que 'abandonarse'
Debemos atender nuestro cuidado personal, nuestro aspecto y nuestra imagen. Algunas veces nos olvidamos del cuidado de nuestro aspecto, como si no nos interesara sorprender a nuestra pareja o la persona con la que convivimos. Tenemos que saber diferenciar entre la comodidad y la desidia. Se puede estar cómodo, pero limpio y con un aspecto agradable. La confianza no puede llevarnos al abandono de nuestra imagen frente a las personas con las que vivimos.
Obras son amores...
Como dice el refrán popular: "obras son amores y no buenas razones". Algunas veces, faltar al respeto de la pareja no se hace de forma verbal, si no que se puede hacer actuando de cierta manera -forma activa- o no actuando -forma pasiva-. Con los hechos también se puede faltar al respeto.
Es bueno y recomendable colaborar en todas las tareas de la casa, en la compra, atendiendo a los niños o cuidando a los mayores, etcétera. Seamos tan atentos o más con nuestra pareja que lo somos con otras personas de fuera de nuestro entorno. Algunas personas son muy atentas fuera de casa, pero no lo son tanto con personas cercanas como la familia o la pareja. Tenemos que ser la misma persona en casa y fuera de casa.
Los detalles pueden ser un elemento clave
Hay que cuidar el tener ciertos detalles. Un poco de cortesía diaria hará nuestras relaciones más cordiales y agradables. Acciones tales como ayudar a llevar unos paquetes, ceder el paso, abrir una puerta, ceder un asiento, etcétera. La confianza en una relación no tiene por qué hacer olvidar las buenas formas y los buenos modales.
Evitemos las comparaciones con otras personas, y menos si son para dejar en feo a nuestra pareja (mi madre lo hacía mejor, suele ser la más conocida). Una buena solución es que antes de opinar deberíamos ponernos en el lugar del otro. Así podremos entender mejor cada postura. La falta de empatía y de tacto puede ser una causa de problemas en la pareja.
"No hay nada que sea más contraproducente en la vida, que un buen consejo con un mal ejemplo"
Los niños y los malos ejemplos
Cuando hay personas menores en nuestro entorno, debemos cuidar ciertos detalles como: evitar los tacos, palabras malsonantes y expresiones soeces; si discutimos, evitaremos hacerlo delante de ellos; si los niños son muy pequeños, podemos organizar el día de la madre o del padre por ellos.
En definitiva, debemos darles buen ejemplo, pues será vital para su comportamiento futuro. Hay un dicho popular que viene muy al caso: "No hay nada peor en la vida que un buen consejo y un mal ejemplo". O como dice el refrán: "no hay mejor maestro que fray ejemplo". Si decimos una cosa y hacemos otra, estaremos creando una gran confusión en los niños con esa manifiesta incoherencia.
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