
Obligaciones del hombre. Los males del alma. Arreglo de las inclinaciones.
Los males del alma, por lo que toca al entendimiento, son la ignorancia y el error
De los males del alma.
Los males del alma, por lo que toca al entendimiento, son la ignorancia y el error; y por lo que respecta a la voluntad, las pasiones desordenadas y los vicios. Debemos hacer todos los esfuerzos posibles para remediarlos.
La ignorancia se destruye por medio de la aplicación, y del cuidado de aprender bien lo que nos tiene cuenta saber.
El error se remedia aprendiendo a juzgar con rectitud, a raciocinar exactamente, y principalmente, acostumbrándose a no juzgar de lo que se ignora sin previo y maduro examen.
Las pasiones son los movimientos del alma, que nos inclinan a amar, o a aborrecer con viveza alguna cosa; y en ellas debemos poner el mayor cuidado para arreglarlas como corresponde.
Llamamos vicios a los hábitos o costumbres que se contraen de hacer cosas malas; y estos se remedian poniendo el mayor cuidado en acostumbrarse a obrar siempre con rectitud, y a no hacer cosa alguna de que pueda remordernos la conciencia.
Del arreglo de las inclinaciones.
Las inclinaciones naturales, que si se desordenan llamamos pasiones, son inocentes cuando arregladas por la razón nos inclinan a amar el verdadero bien, y a aborrecer el verdadero mal, como v.g. (v.g. = verbi gratia, que significa tal como, por ejemplo) lo es la inclinación que todos tenemos a ser felices, si esta inclinación, gobernada por la razón, nos lleva a amar la eterna felicidad que Dios nos ha prometido, y que es un verdadero bien, y a aborrecer la felicidad mundana, que es impedimento para ella, y es un verdadero mal.
Son al contrario viciosas siempre que no se arreglan a la recta razón; esto es, siempre que nos inclinamos a amar algún falso bien, o a aborrecer un falso mal. Como, por ejemplo, la inclinación a comer, siempre que se ciña y arregle a lo suficiente para nuestra propia conservación, será buena; y siempre que exceda estos límites, y nos lleve a comer más de lo que necesitamos; esto es, a amar por sí mismo el deleite, que es un falso bien, y a aborrecer la justa parsimonia, que es un falso mal, será dicha inclinación viciosa y reprensible, y merecerá el nombre de gula.
"Las pasiones son los movimientos del alma, que nos inclinan a amar, o a aborrecer con viveza alguna cosa"
El bien es verdadero cuando es conforme a nuestras obligaciones, y cuando es apto para producirnos alguna ventaja verdadera temporal o eterna.
Es falso bien cuando es contrario a nuestras obligaciones, y cuando nos halaga con una ventaja o con un placer momentáneo, del se nos ha de seguir un mal verdadero en esta vida o en la otra.
Lo mismo se debe decir inversamente de los males.
Para arreglar pues como corresponde nuestras inclinaciones, debemos amar solamente el verdadero bien, y únicamente aborrecer el verdadero mal.
De las pasiones o inclinaciones mal dirigidas, las unas dañan principalmente a nosotros mismos las otras, además de perjudicarnos, perjudican a los demás.
Las pasiones que nos dañan a nosotros principalmente son los deseos excesivos, la gula, el demasiado amor a los placeres, la inclinación a la ociosidad, la tristeza y el temor.
Las pasiones que además de perjudicarnos dañan a los demás, son la cólera, el odio, la envidia, la soberbia y la avaricia.
-
6244
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Cuando un inferior escribe a su superior, o a una persona de dignidad y de respeto, debe escribirse la carta en pliego entero.
-
Los placeres que pueden disfrutarse en los bosques, parece que fueron desde el siglo V al XV las diversiones predilectas de las personas de elevado rango y de muchas riquezas.
-
El recreo discurre normalmente conversando de manera desahogada, contando historias agradables y graciosas que provoquen la risa y la diversión del grupo
-
Hay personas tan llenas de sí mismas que siempre cuentan a aquellos con quienes conversan lo que han hecho, lo que hacen, y cuánto deben apreciarse todas sus palabras y todas sus acciones.
-
Cuando entre los presentes hay algún eclesiástico, a él le corresponde dar la bendición antes de la comida.
-
Los conocimientos materiales e individuales de las cosas, esto es, el conocimiento del mundo, no podrás adquirirlo sin una grande y continua atención
-
Cuando ven los niños a otro más acariciado, más alabado y más premiado por los maestros y los padres, se consumen de envidia y de rabia.
-
Los postres dulces se sirven enteros en su mayoría. Las frutas depende, unas enteras, otras troceadas y otras acompañadas de algún dulce
-
Actos inurbanos o molestos a los presentes.
-
La mesa es donde no puede ocultarse el menor defecto de educación, pues fuera aparte de las principales lecciones de saber trinchar, colocarse, hablar, servir y demás apuntadas, has de observar las cosas repugnantes de los demás para no usarlas t
-
Cuando se visita a alguien, si la puerta está cerrada es muy descortés golpear fuerte, o dar más de un golpe.
-
Cuando hay que levantarse y salir de la mesa antes que los demás, no hay que hacerlo sino con la cabeza descubierta.