El hombre fino al gusto del día. Prólogo del traductor.
No se crea que este tratado sea un estimulante del lujo, ni un catecismo de imitación de los extranjeros.
Prólogo del traductor.
La presente traducción es un compuesto de dos diferentes obras francesas, titulada la una: "Código Civil, Manual completo de urbanidad" , que contiene las leyes, reglas, aplicaciones y ejemplos del arte de presentarse y conducirse en el mundo; y la otra titulada: "Manual del hombre de mundo, y Guía completa del tocador y del buen tono" .
Sus respectivos autores se han hecho célebres, el uno por ser autor del "Manual del gastrónomo y de la Guía del casado", y el otro por el del "Código de los golosos"; y como en ambas se tratan casi unas mismas materias, he procurado que en la presente traducción se reúna lo preciso y esencial de cada una de estas producciones, de tal manera, que me lisonjeo que mi tarea presente las ventajas respectivas de cada una de ellas.
Si la opinión es la reina del mundo, su hija la moda ha de tener siempre más o menos apasionados; pero dominará indispensablemente en el mundo mientras haya sociedad. No se crea que este tratado sea un estimulante del lujo, ni un catecismo de imitación de los extranjeros. También la España tuvo época en que dominó a las demás naciones, introduciendo en ellas su lengua, sus usos y modas como en el día sucede a la Francia; y siempre alguna nación dará el tono a las demás.
El hombre reflexivo encontrará, en medio de la frivolidad aparente de estas lecciones, un gran conocimiento del corazón humano, y envuelta la verdad, si no con las vestiduras de la fábula para hacerse más amable, con los caprichos que el deseo de agradar inventa entre los miserables mortales. Por lo mismo, me atrevo a asegurar que los jóvenes me agradecerán el tiempo que he empleado en traducir unas lecciones que les pueden ser provechosas para sus progresos en el arte social; los de edad madura gustarán de las reflexiones que en ellas se mezclan, y el bello sexo me dará un aplauso, sin excepción alguna, pues el espíritu de toda la obra es el respeto, el obsequio y las atenciones que particularmente son debidas a su sexo.
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La arrogancia y la vanidad excesiva no hacen que una persona sea más estimada por los demás.
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Escribiendo a personas ocupadas en negocios o en letras, hay que ser breve; al paso que con las personas queridas nunca una carta es demasiado larga.
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Debemos respetar a nuestros semejantes, y evitar que exista cualquier tipo de enemistad o rencor.
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La urbanidad no es algo que solo sea aplicable fuera de casa; en la casa y en el juego también debe tenerse en cuenta.
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Como los jóvenes no conocen aun por experiencia cuantas son las pasiones que procuran conservar los errores, creen que todas las verdades pueden decirse en presencia de cualquiera.
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Algunos, dándose cuenta de su responsabilidad, cuando están en conversaciones más que frívolas, al acercarse los pequeños llaman la atención: "Cuidado, que hay ropa tendida".
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El trato de respeto hacia los maestros y los compañeros de clase.
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El corte de la piezas de carne era una arte muy apreciado en la sociedad de principios del siglo XX
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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Las primeras dificultades que ocurren a los muchachos, y aún a algunos adultos que carecen de práctica, se fundan sobre el tratamiento que se ha de dar a la persona a quien se escribe.
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La bondad constante e ilustrada unida a la severidad variable, esto es, creciente o decreciente según aumentan o disminuyen la docilidad del hijo o la malignidad de su ánimo.
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Una persona distinguida sabe en el interior de la casa, dentro de la intimidad y la confianza, guardar las reglas del buen tono.