Cómo tratar con la realeza
Hablar de la realeza ya no es hablar de "lo humano y de lo divino". Ese halo de gloria o prestigio se ha ido desvaneciendo con el tiempo
Qué hacer si estamos ante un rey o ante una reina
Cómo comportarse y dirigirse a un rey o a una reina
Hablar de la realeza ya no es hablar de "lo humano y de lo divino". Ese halo de gloria o prestigio se ha ido desvaneciendo con el tiempo. Un rey siempre ha tenido y tiene la misma condición humana que cualquier otra persona; aunque haya gente empeñada en demostrar lo contrario -generalmente los cortesanos que "sirven" al rey y afines que se mueven en diversos círculos sociales-. Solo hay que "tirar" de hemeroteca para comprobar que sus debilidades son tan humanas como las de cualquier otra persona. Se casan con mujeres divorciadas, o con mujeres que tienen hijos de matrimonios anteriores, tienen hijos reconocidos -voluntaria o judicialmente- fuera del matrimonio, tienen relaciones con personajes de dudosa reputación, etcétera, etcétera.
El tratamiento es un gesto de cortesía y de respeto
Ahora bien, como cualquier otra persona un rey o una reina se merecen un respeto desde el punto de vista humano. Da lo mismo que uno sea monárquico, republicano, anarquista... la educación debe estar por encima de ideas y creencias.
Si tenemos un "encuentro real" estas son algunas de las cosas que deberíamos tener en cuenta, para no quedar como unos maleducados -seguramente nos leerán la "cartilla" antes de este encuentro salvo que sea un encuentro fortuito en una feria, en un paseo por la calle, etc.-.
Cómo comportarse ante un rey o una reina
1. Si el Rey o la Reina nos dirigen la palabra hay que tratarles como "Su Majestad" o como "Señor, Señora". Si les tratamos de usted o de tú tampoco se van a extrañar porque no va a ser la primera vez que alguien lo hace, pero no es muy apropiado.
2. Si tenemos ocasión de tenerles cerca, no podemos ser nosotros los que nos dirijamos a ellos. Ellos son los que tienen que iniciar la conversación o la toma de contacto si nos quieren saludar.
3. En el momento del saludo, podemos optar por el saludo más "protocolario" con una ligera inclinación de cabeza para los hombres y una leve reverencia para las mujeres. También podemos darles la mano como lo haríamos con cualquiera de nuestros amigos o familiares. Besos, no, por favor, salvo que ellos nos den pie.
4. Hablando de saludos, el saludo lo inician ellos no nosotros. Así nos pueden dar una pista de si solamente nos van a dar la mano o nos van a dar una abrazo o dos besos -lo suelen hacer con gente de mucha confianza, niños y personas de avanzada edad-.
5. No se les toca. Bueno, esto entra dentro de lo divino que decíamos al principio. Son personas, son humanos... y a nadie nos suele gustar que nos toquen... según como, claro. Pero un "toquecito" en el brazo, una mano en la espalda para cerder el paso, etc. no es muy apropiado pero tampoco es un "delito".
6. Si acudimos a un banquete oficial, prohibido hacer fotos. A los reyes -o a los invitados- no se les fotografía o se les graba comiendo. Por eso las televisiones solo graban los momentos de los brindis en los banquetes oficiales.
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7. Como establece una de las reglas esenciales de las presentaciones, la persona de menor rango es presentada a la de mayor. Por lo tanto, el Rey o la Reina no son presentados a sus invitados, si no todo lo contrario.
8. El vestuario oficial es chaqueta y corbata para los caballeros, salvo ceremonias o eventos donde se requiera una etiqueta determinada - vestuario de etiqueta -. Si no vestimos de corbata nos dejarán entrar seguramente, pero seremos criticados en algunos medios escritos y en unas cuantas tertulias radiofónicas y televisivas.
9. Una recomendación final "compórtate en tu casa como si estuvieras en un palacio para que cuando estés en un palacio te puedas comportar como si estuvieras en tu casa". Es decir, si normalmente una persona es educada, no tiene que hacer nada especial para comportarse de forma correcta en cualquier lugar. La educación no es un "corsé" que oprime sino una "herramienta" que nos facilita la vida en todos los aspectos.
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