Educación y buenos modales Página 100
Los buenos modales y la buena educación son formas de comportamiento que hacen referencia a las relaciones y trato con otras personas
Educación y buenos modales suelen ir de la mano. El comportamiento correcto de las personas hace que la convivencia se más cordial, amable y agradable
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En Argentina la llaman "Miss Manners" y es una personalidad en la buena educación. Eugenia de Chikoff tiene larga data como maestra de etiqueta, ceremonial y protocolo. El próximo 9 de mayo estará por primera vez en Asunción para dar 2 clases magistrales.
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Demos en esta materia razón a Kant y concluyamos que un hombre, al fin de cuentas, es lo que la educación hace de él.
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Las niñas no hacen visitas ni las reciben, sino que asisten a ellas acompañando a su mamá, a su papá u otra persona de su familia.
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Las señoras no se levantan ni para recibir ni para despedir a los caballeros; pero sí cuando entren o salgan otras señoras.
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El comportamiento en la calle debe ser correcto en todo momento, evitando hacer cualquier cosa que pueda molestar a los transeúntes.
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Cómo debe proceder una niña bien educada con estas personas.
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Desde el Catón de 1780 y el "Catón Real" de 1905, con capítulos dedicados a la higiene personal, a Dios y a la Patria, a los libros de las décadas de 1950 y 1960, se observa un cambio de toda índole.
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Las niñas deben tener respeto a sus padres. abuelos, hermanos y, en general, a todo el mundo con el que se relacione.
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Los profesores son como nuestros padres en la escuela, a los que debemos hacer caso en todo lo que nos dicen y a los que debemos respetar.
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Las normas de cortesía con las preferencias galantes que se permiten a las mujeres.
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El periodista Héctor Velis-Meza, co-autor del libro "Buenas maneras en el siglo 21" denuncia que Chile se ha convertido en un país de gente descortés e irrepestuosa. Acá da consejos para revertir la situación.
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David Pasarin-Gegunde Linares, experto en protocolo, nos ha despejado algunas dudas para ayudarte a ser ese invitado ejemplar que toda pareja quiere ver el día de su "sí, quiero".
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Es bien entendido que la dueña de la casa pondrá todo el cuidado posible en romper el hielo entre los invitados, presentando a todos los que no se conozcan.
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Los vinos se sirven por la derecha; el criado anuncia: "Vino de X", y se cuidará de que sean lo más variados y finos posible.
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Se cuidará mucho de no ocupar los asientos con objetos y no llevar perfumes exagerados ni alimentos de olor fuerte que puedan incomodar a los otros viajeros.
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Según el hotel, se debe vestir de manera más o menos elegante, y no hacerse notar por demasiada negligencia o por una exhibición de trajes exagerada.
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La costumbre de señalar un día para recibir es útil y necesaria. Nada hay más desagradable que dejar las ocupaciones para ir a una casa cuyos dueños están ausentes.
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Un hombre joven no debe jamás ser el primero en ofrecer la mano a una mujer; cuando dos hombres se encuentran en un salón y no tienen intimidad, el de más edad debe ofrecer la mano al otro.
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Una persona nunca puede ir sola a visitar a un hombre soltero, a no ser éste de edad y respetable posición.
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Hablando con mujeres se marca más dulzura en la entonación, a los ancianos se les atestigua deferencia y a todo el mundo política y amabilidad.
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En los conciertos, conferencias o sitios en que todos escuchan, no se debe hablar y distraer la atención de los demás, impidiéndoles oír.
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Las visitas suelen hacerse entre el almuerzo y la comida (la comida de mediodía hoy se llama almuerzo), de tres a siete de la tarde, depende de la época del año.
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Si nos acompañan varias personas, después de saludar presentaremos a los acompañantes, nombrándolos por su nombre o título.
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En la iglesia no hablemos sin necesidad y no llevemos la vista a todas partes.
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Las visitas deben ser recibidas en la sala que se tenga para tal objeto, adonde las mandará pasar la sirvienta.
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Siempre la juventud, en los pueblos, se ha divertido a sus anchas y pocas veces en sus juegos se han lamentado percances de importancia.