Cuestiones sobre la urbanidad. IX
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
Cuestiones sobre la urbanidad.
¿Cómo se portará Vd. cuando le hubieren notificado una boda o alumbramiento?
¿En qué otros casos debemos visitar a ciertas personas?
A los sujetos de nuestro mayor aprecio, ¿qué atenciones les debemos en sus días, en las pascuas y siempre que les sobreviniere algún fausto suceso?
¿Se interesará Vd. en la desgracia de otra persona, mayormente si fuese de su particular estimación?
El que va a emprender un viaje, ¿qué debe observar para con sus amigos?
Cuando una persona favorezca por la vez primera nuestra casa, ¿qué atenciones usaremos para con ella?
¿Cuáles son los pasatiempos más útiles y honestos?
¿Qué dice Vd. de los que juegan únicamente por el sórdido interés?
Cuando entren señoras en el juego, ¿qué deferencia les debemos?
¿Qué conducta observará Vd. en un juego por diversión?
Cuestiones sobre la urbanidad
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Se cuidará mucho de no ocupar los asientos con objetos y no llevar perfumes exagerados ni alimentos de olor fuerte que puedan incomodar a los otros viajeros.
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Escribiendo a personas ocupadas en negocios o en letras, hay que ser breve; al paso que con las personas queridas nunca una carta es demasiado larga.
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Tanto monarcas como cortesanos parecían encadenados a unos ceremoniales heredados de un pasado lejano. La etiqueta española se basó en los principios y la organización de la corte del ducado borgoñón
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La cortesía es el aceite que suaviza los frotamientos inevitables de la máquina social
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Es muy corriente juzgar a nuestros semejantes por la gentileza y buena disposición de la persona, resultando generalmente cierto este criterio.
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Tratar con quien se pueda aprender. Sea el amigable trato escuela de erudición, y la conversación enseñanza culta
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Hay que esforzarse por conocer las preferencias de los novios, pero casi siempre se desea causar una sorpresa y se sacrifica la satisfacción de los destinatarios a la propia
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Con esta clase de personas no se debe temer el ser impolíticos, y se debe romper inmediatamente con los que espetan cumplimientos ridículos.
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La obra, pues, que vamos a presentar al público se compondrá de cuanto pertenece al modo de presentarse y de conducirse en el mundo.
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Las personalidades suelen agriar los ánimos en las disputas, y por lo común apelan a ellas los que más desprovistos están de razones.
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El juego es una actividad social en el que las personas demuestran, como en la mesa, su buena o mala educación.
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Una persona puede ser admirada y respetada por su comportamiento pero también por lo que tiene y por lo que es.