
Pedir permiso antes de entrar, una fórmula de cortesía que estamos perdiendo. Llamar a la puerta antes de entrar en un sitio
Los gestos de cortesía son necesarios para tener un buena convivencia tanto en el ámbito social como en el laboral y en el personal. La confianza no debe servir de disculpa para perder los buenos modales
protocolo.org - FP Pro
Toc, toc, ¿se puede? Una pregunta en peligro de extinción
¿Por qué casi nunca pedimos permiso para entrar en una habitación o en una oficina?
¿Cuántas veces nos hemos encontrado con una persona que entra en la habitación de una casa o en el despacho de una oficina sin llamar? Los buenos modales son necesarios en cualquier situación. Una forma sencilla para demostrar que estamos bien educados es el acto de pedir permiso antes de entrar en una habitación o un despacho. Da lo mismo que la puerta esté abierta o cerrada. Pedir permiso es un gesto de cortesía y buena educación.
Una de las principales razones por las que debemos pedir permiso antes de entrar en un espacio ajeno es respetar la privacidad. Es relativamente frecuente ver a personas que entran de forma repentina en una habitación o despacho sin pedir permiso, acción que es considerada como una falta de respeto y de educación.
¿Cómo pedir permiso de forma correcta? Consejos de etiqueta para pedir permiso
La forma de pedir permiso puede decir mucho sobre nosotros. La importancia de pedir permiso y cómo hacerlo de forma adecuada, es la base para tener buenas relaciones laborales y personales.
Te puede interesar: Palabras mágicas que deben acompañarnos a todas partes: 'Por favor' y 'gracias'
Usar un tono de voz adecuado y amable para pedir el permiso son importantes. Si no utilizamos un tono y actitud amable y respetuosa, la petición no será aceptada, casi con toda seguridad. Ya sabemos que una cosa es la letra -lo que se dice- y otra cosa es la música -como se dice-.
Vamos a ver algunos consejos para pedir permiso antes de entrar en un espacio privado -despacho, habitación, etc.-.
1. Puerta cerrada. Llamar a la puerta y esperar que nos contesten. Hay varias opciones posibles.
Si no nos contestan podemos repetir la llamada, pero una sola vez. No se puede, ni se debe ser pesado ni insistente. Si no contestan a la segunda llamada nos iremos. Nada de entrar sin permiso, aunque no haya nadie.
Si nos contestan, preguntaremos si es un buen momento para entrar o si tiene unos minutos para atendernos. Si no es así, preguntaremos si podemos volver más tarde o si es posible concertar una cita.
2. Puerta abierta. Los mismos consejos para la puerta cerrada. Hacer toc, toc en la puerta y pedir permiso. Si no es posible, podemos preguntar si podemos concertar una cita. Si no hay nadie, no debemos entrar. Ni aunque solo sea para esperar. Esperaremos fuera.
La familiaridad tampoco debe servir de disculpa para entrar sin pedir permiso. Ni cuando estamos invitados en una casa ni en nuestra empresa. La confianza no supone ser maleducado.
Es cierto, que en el ámbito laboral, sobre todo en las empresas más grandes, no vamos a tener este tipo de 'problemas' porque antes pasaremos por las manos de un secretario/secretaria o asistente. Si está nos llevará hasta su oficina. Si no está, ya no llegaremos a su puerta.
Qué fórmulas de cortesía podemos usar para pedir permiso
Podemos utilizar tantas como se nos ocurran, siempre que pongan en valor el respeto por la otra persona y la cordialidad.
1. ¿Puedo pasar, por favor?
2. ¿Tiene unos minutos para atenderme?
3. ¿Puedo interrumpirle un segundo?
4. ¿Puedo hacerle una pregunta?
5. ¿Le molesto si paso un momento?
6. ¿Puedo quitarle un poco de su tiempo?
Es muy posible que nos vengan a la memoria unas cuantas preguntas más, pero serán muy parecidas. Los usos y costumbres de cada lugar también pueden marcar ciertas diferencias a la hora de formular la petición.
Un apunte final. Es muy importante no tutear a la otra persona. Debemos pedir permiso de forma educada y manteniendo 'las distancias'.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Lo ideal sería que todos conocieran y practicaran las normas de etiqueta, protocolo y las buenas maneras, pero no podemos negar la realidad: en muchos hogares esa enseñanza no ha tenido prioridad, ya sea por falta de tiempo, de interés o por desconocimient
-
Inspirar estima y consideración, tal es el gran objeto de la urbanidad; porque sin este tesoro las relaciones sociales serian una abyección y un suplicio
-
Los gestos comunican tanto o más que las palabras. Son un estupendo refuerzo a lo que expresamos de forma verbal. También, los gestos nos pueden 'delatar'
-
El número de médicos de cámara con sueldo y gajes fue, durante todo el siglo XVII, seis. Tres de ellos se destinaban a la Casa de la Reina e Infantes...
-
El problema, en el fondo, como muchos de los problemas emocionales es una creencia irracional. Necesitamos que todo el mundo nos trate bien todo el tiempo
-
El saludo es un gesto o acción que se hace en todo el mundo para recibir o despedir a una persona
-
Hay que ser prudentes al volante, pero eso no quiere decir que no podamos divertirnos al conducir sin perder los buenos modales
-
Salvo excepciones, todos los empleados son invitados, y el coste de la fiesta se paga a escote (una parte proporcional del coste total es repercutido en cada participante en la fiesta)
-
Algunas personas con alguna discapacidad suelen utilizar un animal de servicio para ayudarlos con las actividades cotidianas
-
Una de las normas de buena ciudadanía que se están perdiendo en nuestro entorno era aquella tan bonita que los automóviles se detuvieran en los pasos de cebra.
-
Tratar con las personas que 'más sufren del mundo' es bastante complicado. Están tratando siempre -o casi siempre- de ser el foco de atención de cualquier conversación
-
Los sibaritas son las personas que disfrutan del lujo y de los mejores placeres de la vida