
Escuelas de buenos modales, ¡cuánta falta hacen!
Los buenos modales forman parte de la educación básica de cualquier persona. Son necesarios para moverse en sociedad a lo largo de toda nuestra vida
protocolo.org - FP Pro
Enseñar buenos modales y reglas de cortesía es muy necesario
Hace unos días, cuando salía de cenar de un céntrico restaurante con unos amigos, vi a un grupo de jóvenes y no tan jóvenes, con unas cuantas copas de más, gritando, utilizando un lenguaje soez y grosero, con la ropa fuera de su sitio y actuando de una forma poco ortodoxa. El mobiliario urbano lo habían convertido en su particular parque de atracciones.
Como casi siempre ante estas situaciones o cuando observo escenas similares me surge la pregunta: ¿estas personas no han recibido una buena educación en su casa? En el colegio, ¿no les han enseñado nada? Aunque el colegio está más para formar que para educar, siempre enseñaban algunas reglas de comportamiento y convivencia.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Tampoco hay que exagerar
Hubo un tiempo en que había escuelas donde se impartían clases de urbanidad y buenos modales. También existían algunas instituciones privadas que dedicaban sus esfuerzos a estos menesteres, pero casi siempre iban destinadas a las clases más pudientes. Además, en su mayoría, su 'objetivo' eran las mujeres. Sus enseñanzas se centraban en capacitar a las mujeres jóvenes para que se convirtieran en esposas educadas, eficientes y obedientes. Algo totalmente fuera de lugar hoy en día.
Pero no solo había escuelas de buenos modales. Los colegios tenían una asignatura que se llamaba urbanidad. Lo que actualmente podría equivaler, con sus diferencias, a la educación para la ciudadanía. Denostada por unos y alabada por otros, siempre ha sido un caballo de batalla que no acaba de cuajar en los planes educativos.
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Mientras regresaba a casa, sin dejar de darle vueltas a la cabeza, me vino a la memoria un artículo que leí sobre la señora Maxine Powell, actriz, modelo e instructora de etiqueta. Esta señora en el año 1964 abrió una escuela de buenos modales para los artistas del Motown. Los artistas del Motown hacían música de estilo soul muy de moda en las décadas de los 60-70.
¿Por qué creó esta escuela de buenos modales para los artistas del Motown?
Maxine comprobó que la mayoría de los artistas provenían de orígenes humildes y no habían desarrollado habilidades sociales, ni modales, para moverse fuera de un escenario.
El principal objetivo de la escuela era 'pulir' su imagen pública y enseñarles a tratar con los medios, a llevar con soltura una entrevista, a hablar en público, a comportarse en un protocol, en una alfombra roja, etcétera, etcétera. Sus cometidos iniciales se quedaron cortos y al final se convirtió en una auténtica escuela para formar personas 'integrales' en todos los aspectos, no solo en el artístico.
La señora Powell llevó de su mano a artistas tan conocidos y de renombre internacional como Stevie Wonder, The Supremes, Jackson 5, Tammi Terrell, Smokey Robinson, Marvin Gaye, etcétera.
En sus sesiones didácticas, que podían durar toda una mañana o toda una tarde, la señora Powell les sometía a una férrea disciplina de aprendizaje que iba desde cómo caminar al propio aseo y aspecto personal. Simplemente, buscaba que los artistas pudieran comportarse adecuadamente en cualquier situación, circunstancia y entorno.
Reglas de etiqueta y comportamiento para cualquier situación cotidiana
Les enseñaba reglas de etiqueta y comportamiento tan curiosas como estas:
1. Cómo sentarse en un asiento con un vestido corto.
2. Cómo entrar de forma correcta en una limusina.
3. Cómo sentarse correctamente en el taburete de un bar.
4. Cómo caminar de forma correcta en una alfombra roja
5. Cómo abrir una puerta a otra persona.
etcétera.
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Si le damos un vistazo a nuestra sociedad actual, ¿no serían bienvenidas las escuelas para aprender buenos modales y habilidades sociales? Ya no son cosa de gente pudiente o de clase alta. Cualquiera puede acceder a este tipo de formación, igual que acude a un gimnasio, a clases de baile o de ingles, etcétera o cualquier actividad similar. Sí debemos tener en cuenta que hay que adaptar este tipo de formación al mundo actual. Nada de comportamientos pretenciosos o actitudes soberbias. Simplemente, aprender a actuar con naturalidad pero con buena educación, con buenos modales y con respeto.
Por último, podemos decir que dotar de centros educativos que mejoren el estilo de vida de los jóvenes y no tan jóvenes, sería de gran valor para cualquier sociedad. Una sociedad educada y adaptada a los roles cambiantes de las mujeres, de los jóvenes, de los padres, etcétera, es una sociedad mejor. La buena educación hay que ponerla en valor frente a la grosería y la zafiedad.
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