Reglas de etiqueta en el Hotel Ritz: historia de su edificio
El hotel Ritz abrió sus dependencias en 1910. Tenía 125 habitaciones y seis grandes salones para albergar todo tipo de celebraciones
Las estrictas reglas de etiqueta para ser cliente del Hotel Ritz
El Hotel Ritz de Madrid tiene una curiosa historia detrás. Según cuentan las crónicas de la época, el marqués de Guadalmina buscaba un amplio solar para construir un gran hotel de lujo. Después de buscar concienzudamente por todo Madrid encontró un estupendo solar frente al paseo del Prado. Era una enorme propiedad ocupada por el conocido circo Tívoli. El marqués de Guadalmina, no dudó en contratar a uno de los mejores arquitectos de la época para dirigir la obra, Charles Mewès, que fue el encargado de llevar a cabo el proyecto del hotel Ritz de París.
Después de dos largos años de trabajo, el majestuoso edificio de seis plantas, de estilo belle époque se erigió como un edificio emblemático de Madrid que ha perdurado hasta nuestros días. Más que un edificio parecía un enorme palacio. La obra, costó por aquel entonces -1910- algo más de cinco millones de pesetas.
El lujoso hotel abrió sus dependencias en 1910. Entre sus numerosas instalaciones contaba con 125 habitaciones y seis grandes salones para albergar todo tipo de celebraciones. Como curiosidad, según relatan los periódicos de la época, el precio por la estancia en una de sus habitaciones era de 7 pesetas -tengamos en cuenta que el salario medio mensual en esa época podía rondar entre las 3 y las 5 pesetas-. Durante mucho tiempo fue considerado uno de los mejores hoteles del mundo.
Las reglas de etiqueta impuestas por la familia Marquet
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La familia Marquet, propietaria del hotel Ritz durante 47 años, fue la que estableció los códigos de etiqueta para 'cribar' su clientela. Las normas de etiqueta en este caso, se hicieron un con afán de 'filtrar' a sus posibles clientes.
1. Los hombres, debían vestir corbata de forma obligatoria. Era un condición imprescinsible y no se podía saltar, no se hacían excepciones.
2. La señoras, como suelen contar con más 'libertad' de vestuario debían vestir con un atuendo formal, pero quedaba prohibido el uso de pantalones. Las señoras no podían entrar en el Ritz vestidas con pantalones.
3. Mascotas. Estaba totalmente prohibido entrar al hotel con cualquier tipo de mascotas.
4. Tabaco. Quedaba prohibido fumar, tanto en el restaurante como en el vestíbulo del hotel -algo bastante 'moderno' para la época-.
5. Ni artistas, ni toreros. Curiosísima fue la prohición de no admitir como huéspedes ni a toreros ni a artistas. Según relatan las crónicas de la época, se les invitaba a que hicieran su reserva en otro hotel. Concretamente, en el hotel Palace, situado muy cerca del Ritz, y del que también eran propietarios la familia Márquez.
Estas estrictas normas, les dieron algún que otro quebradero de cabeza con sus clientes. Por ejemplo, se cuenta, como una de las anécdotas más curiosas, que el conocido director de orquesta Herbert von Karajan, dejó de ser cliente del Ritz porque se negaba a utilizar corbata. Al famoso director siempre le ha gustado vestir algo más informal, con un simple jersey. Pero, parece ser que poco le duró el enfado, porque meses más tarde volvió a ser cliente de este magnífico hotel.
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En la actualidad, las normas no son tan estrictas, adaptándose a las costumbres más contemporáneas. Pero se sigue recomendando vestir de forma elegante, dejando los looks más deportivos o informales, como pantalones cortos, zapatillas de deporte, etcétera, para otros lugares mas apropiados -gimnasio, piscina...-.
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