Las interrupciones en las conversaciones. Ser inoportuno
Una de las peores interrupciones es la que se hace en medio de una conversación sea del tipo que sea
Buenos modales: dejar terminar de hablar. Interrumpir una conversación
Espere su turno para hablar, ¡por favor!
En un artículo del portal hablamos de la oportunidad de la importunidad . Hay un comportamiento, que podemos decir es de una 'escala menor', a las visitas sorpresa o las llamadas inoportunas. Son las interrupciones cuando estamos en una conversación, charla o coloquio.
Una de las peores interrupciones que se dan con cierta frecuencia es la de una conversación. No se debe interrumpir a la persona que está hablando salvo para darle un recado de extrema urgencia o para un asunto de máxima prioridad. Hay que saber escuchar y esperar a que termine su intervención para poder hablar.
Si malo es interrumpir a la persona que habla, peor es interrumpir a dos o más personas que están hablando entre ellas. Da lo mismo que sea una conversación personal que una profesional. Hay que respetar las conversaciones ajenas. Incluso, no solo se interrumpe, sino que hay personas que se permiten opinar sobre lo que están hablando otras personas. Es de pésima educación intervenir en conversaciones que no son de nuestra incumbencia. Además, eso indicaría muy claramente que hemos estado escuchando su conversación.
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Las interrupciones con educación
Si por alguna de las razones dadas anteriormente, urgencia, necesidad inmediata, etcétera, tenemos que interrumpir una conversación, tanto personal como telefónica, debemos introducir una frase de cortesía para hacer la interrupción. Una frase del tipo:
- "Disculpe que le interrumpa...",
- "Perdón...",
- "Permítame su atención un momento...".
Tanto en nuestra vida privada como en nuestro entorno laboral, debemos respetar la intimidad de las personas y no inmiscuirse en conversaciones o charlas ajenas. Si tenemos que pasar por el medio de varias personas que están conversando debemos hacerlo de forma prudente y pidiendo el correspondiente permiso. Lo mismo si tenemos que entrar en una estancia, despacho u oficina donde hay otras personas reunidas, hablando por teléfono, etcétera.
Cualquier tipo de interrupción debe ser justificada y necesaria. No se puede, ni se debe, interrumpir de forma banal o por el puro placer de molestar. La buena educación de las personas debe manifestarse en estas situaciones de la vida cotidiana.
Una persona que corta una conversación o que impide terminarla, es una persona que denota una falta de educación, de buenos modales y de respeto por los demás.
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