
¿A cuantas personas debemos invitar a una fiesta o celebración?
El número de invitados es una de las piezas claves a la hora de organizar un evento o celebración.
protocolo.org - FP Pro
El número ideal de invitados. ¿A cuántas personas invitar a una fiesta o celebración?
Hay dos factores a tener en cuenta que pueden condicionar de forma importante el número de invitados:
1. El espacio. Los espacios son limitados y caben las personas que pueden caber.
2. El presupuesto. La parte económica suele ser otro de los elementos limitantes para cualquier evento. En cuántas bodas o celebraciones hay que recortar el número de invitados porque no hay presupuesto para todos los que se desearía invitar.
De todas formas, en la mayoría de eventos o celebraciones, suele ser una combinación de todos estos factores los que determinan a cuántas personas se pueden invitar a un evento.
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Cuando la invitación es a cenar o almorzar en una casa, o en un recinto similar, la cuestión del espacio es importante. No se puede tener a los invitados como sardinas en lata. Hay que contar con un espacio de al menos un metro cuadrado por invitado. En la mesa, unos sesenta a setenta centímetros por comensal.
Si hablamos de bodas y otras celebraciones familiares similares, suele primar más el presupuesto con el que se cuenta que los demás factores. Cada cubierto suma y muchas veces no es posible invitar a tantas personas como desearían los novios. Aquí también hay que tener en cuenta los 'compromisos'. Tanto familiares como sociales.
Cuando hablamos de ceremonias solemnes o eventos muy formales y protocolarios, se suele invitar a toda la gente que es necesario invitar, adaptando o buscando el espacio necesario al número de invitados de la lista. Hay muchos actos oficiales y similares, en los que hay que habilitar carpas o buscar soluciones semejantes para albergar a todos los invitados. Por ejemplo, en algunas bodas reales.
Lo que nunca se debe sobrepasar es el número de invitados que pueda dar al traste con toda la organización. Tener muchos invitados requiere una labor de organización y logística muy importante que no todo el mundo, profesionales incluidos, saben acometer. Incluso, el mejor anfitrión puede verse desbordado por haber calculado mal el número de invitados. Cuidado no se nos vaya a escapar el evento de las manos.
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