![Logo Protocolo y Etiqueta](https://www.protocolo.org/extra/desimg/xcombined_proto_logo_idx_462x60.png.pagespeed.ic.5ZOHUrny0M.png)
Ceder el asiento. ¿Cuándo ceder un asiento? ¿A quién ceder un asiento?
La cortesía no debe perderse amparándonos en las prisas y la vida tan acelerada que hay en las grandes ciudades. Los gestos de cortesía mejoran la convivencia
protocolo.org - FP Pro
Ceder el asiento en un transporte público es una de las acciones que más se echan de menos
¿A quién se debe un asiento¿ ¿Cuándo es apropiado ceder un asiento?
Aunque nos referimos, en este caso, al transporte público, estas reglas pueden aplicarse en cualquier otro ámbito o situación. Los gestos de cortesía suelen ser bastante 'universales'.
Los asientos en muchos autobuses, vagones de metro y otros transportes urbanos no suelen ser muy numerosos. Por esta razón, suelen ser sitios muy 'codiciados'. Ahora bien, esta escasez no debe ser una razón para no cederlo en determinadas ocasiones que ahora indicaremos.
Si vamos sentados y vemos que hay una mujer embaraza de pie o con un niño muy pequeño en brazos -también se le puede ceder a un hombre que va con un bebé en los brazos-; o bien, vemos a una persona muy mayor; o bien observamos que una persona tiene alguna dificultad de movilidad, es apropiado y un gesto de buena educación, ceder nuestro asiento.
Te puede interesar: Ceder el paso. Cuándo cederlo. A quién cederlo
Es aconsejable, aunque no es tan 'necesario' como en los casos anteriores, ceder el asiento a personas que van con niños a su cargo, que llevan muchos paquetes o bolsas, y cualquier persona que veamos que puede necesitarlo más que nosotros.
Este tipo de gestos de cortesía se han ido perdiendo poco a poco, pero debemos tratar de recuperarlos. No es correcto hacerse el despistado, o el sueco, para no ceder el asiento a alguien cercano a nosotros que lo necesita. Hay que ser menos egoístas y más generosos.
El 'asilamiento' al que muchas personas se someten, aprovechando las nuevas tecnologías, no debe servir de excusa para tener un comportamiento poco cívico o amable.
Antiguamente cuando se cedía un asiento, para obligar, en cierta medida, a aceptar ese ofrecimiento, la persona que cedía el sitio indicaba que las normas de cortesía no le permitían volverse a sentar, aunque esa persona lo rechazara. De esta forma, la persona se sentía, prácticamente, en la obligación de aceptarlo. Esto sí que es una buena lección de cortesía y buena educación.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Lo primero que hay que hacer al llegar a la fiesta, es dejar todas nuestras prendas de abrigo y complementos que no necesitemos
-
Compartir un paraguas tienes sus reglas de cortesía. Responde más a cuestiones prácticas que a una simple regla de cortesía, que también debe tenerse en cuenta
-
En una entrevista de trabajo hay que mostrarse extrovertido sin llegar a una locuacidad extrema. Hay que hablar lo justo pero sin dejar cosas importantes sin decir
-
Un buen anfitrión es aquel que se ocupa de sus invitados desde que entran por la puerta hasta que salen
-
En la mesa además de la vajilla, los cubiertos y las copas son necesarios, en algunos casos, otros elementos para aderezar los platos
-
Los regalos bien "vestidos" y mejor presentados son muy apreciados por las personas que los reciben
-
Aunque parezca algo trivial muchas personas no saben caminar por la calle cuando llevan muchas bolsas o paquetes. Creen que la calle es para ellos solo y no se toman la molestia de compartir ese espacio de todos
-
Cuando asistimos a una celebración, por ejemplo un banquete de boda, puede que conozcamos a alguno de los camareros. ¿Podemos hablar con ellos?
-
La educación es tan importante de forma presencial como contestando a una llamada telefónica. Lo forma de contestar una llamada de teléfono dice mucho de una persona. En el caso de una empresa, dice mucho de la empresa
-
Cada plato lo colocamos en la mesa en función del alimento servido y del tipo de preparación
-
Una llamada de teléfono puede ser tan inoportuna como una visita sorpresa. La única ventaja es que la llamada de teléfono la podemos ignorar. La visita, no
-
Los niños deben atender a las normas que ponen sus padres en cuanto al reparto de sitios en la mesa a la hora de comer