
La comida. Parte cuarta.
Estas reglas de urbanidad están escritas para orientar un poquito a la juventud rural en lo más elemental.
El uso de los cubiertos en la mesa. Servicio de mesa.
Hoy en los hoteles, muchos, según parten los trozos, los van comiendo sin dejar el cuchillo de la mano, comiendo la fruta con el cuchillo, cuando no ponen tenedor.
Algunos hacen con el brazo, al llevar el cubierto a la boca, un semicírculo molestando al vecino, o por lo menos haciendo una cosa mal; el brazo, sin tenerle pegado al cuerpo, debe estar próximo, sin levantarle mucho.
La cuchara y el tenedor quedarán en el plato hasta terminar; si tenemos que usar nuevamente el tenedor, le pondremos en la mesa después de cada plato; caso contrario, le dejaremos en el plato hasta que le retiren.
Si encontramos algún huesecillo u otra cosa que no se puede comer, se toma con la derecha y se pone en un lado del plato. He visto recoger los huesecitos con el tenedor vuelto; así no se mancha la mano.
Cuando nos quieran cambiar el plato, le tomaremos nosotros, entregándole después de quitar el tenedor.
Hoy en hoteles se va generalizando la costumbre de servir el camarero; pero si la fuente se queda en la mesa, no consentiremos tenga la fuente otro comensal. Si nos presentan el plato servido, tomaremos con la derecha el plato, presentando con la izquierda el usado.
"La mejor fuente de información es observar lo que hacen los demás"
Cuando nos servimos, no olvidemos las siguientes reglas: No nos serviremos demasiado; nos serviremos lo más cerca, sin revolver la fuente; no arrastraremos la cuchara hasta llevar la comida a nuestro plato, sino la levantaremos inmediatamente; no revolveremos lo que nos servimos, ni meteremos ruido con el cubierto; no entregaremos parte de lo servido a otro comensal; no beberemos antes de comer, ni mientras se toma la sopa. Si nos servimos vino, tapemos la botella antes de beber; no beberemos por la botella o jarra; cogeremos la jarra por el asa y la botella por el cuello, si bien hoy predomina el cogerla por el medio para servir; si nuestro vecino no tiene vino (no agua), le ofreceremos; si se nos ofrece, cogeremos la copa con la derecha, y presentándola, daremos las gracias.
La copa para beber se toma con la derecha, quedando libre el dedo pequeño, se limpia uno, y se bebe sin mirar a nadie; es una grosería paladear el vino, o enjuagarse la boca.
¿Cómo se comen los distintos alimentos? Son tan variados los platos, y las cosas que en la mesa se sirven, que, a la verdad, no siendo camarero de un gran hotel, es difícil conocer al detalle la manera de comer muchas de las cosas, de las que ignoramos hasta el nombre.
Por otra parte, estas reglas de urbanidad están escritas para orientar un poquito a la juventud rural en lo más elemental; de ahí que sea suficiente para llenar su fin, tratar de las cosas que ordinariamente se ponen en los almuerzos algo distinguidos de los pueblos.
No perdamos de vista la regla principalísima que nos sacará de apuros en casos difíciles, y es " observar lo que hacen los demás ". Si alguna vez nos viésemos precisados a empezar y desconociéramos la manera de tomar o comer una cosa, preguntemos con sencillez al camarero o al comensal más próximo.
- La comida. Parte primera.
- La comida. Parte segunda.
- La comida. Parte tercera.
- La comida. Parte cuarta.
-
8032
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los hombres que fuman, y es preciso confesar que en el día es la mayor parte, los hacen solamente por la mañana.
-
La urbanidad es la que nos hace soportar con paciencia los defectos y debilidades de unos, y los caprichos y desvaríos de otros.
-
Se habla mucho, por eso de que hay que hablar de algo, de que lo cortés es dejar pasar a las señoras primero...
-
Las costumbres domésticas influyen notablemente en el modo como nos conducimos entre extraños; porque no basta saber las reglas de buena crianza, es preciso tener la costumbre de practicarlas.
-
Hay personas tan llenas de sí mismas, que explican siempre a aquellos con quienes conversan lo que han hecho y lo que hacen, y que se debe tener en mucha estima todas sus palabras y acciones
-
Antes del siglo X todas las catedrales estaban construídas de madera y con cubierta de paja, y si se construía alguna de ladrillo se reputaba como un portento digno de figurar en la historia.
-
El traje que presenta la apariencia de la novedad, de la elegancia y de la belleza es al momento buscado por las personas ricas y despierta los deseos de las que no lo son.
-
Sea cual fuere el objeto de la conversación, exponed con modestia vuestra opinión, defendedla con moderación y serenidad
-
Aunque pudiera extenderme mucho más en cada uno de los artículos de que os he hablado, de moral, virtud y urbanidad, contemplo que os he dicho lo bastante, para que seáis buenos, virtuosos y corteses.
-
Al comer hay que hacerlo de tal modo que los carrillos no se inflen, y es totalmente contrario a la educación tener al mismo tiempo los dos carrillos llenos.
-
El aseo revela hábitos de orden, de exactitud y método en todos los actos de la vida.
-
Las primeras dificultades que ocurren a los muchachos, y aún a algunos adultos que carecen de práctica, se fundan sobre el tratamiento que se ha de dar a la persona a quien se escribe.