Saludos, encuentros y cortesías.
La urbanidad en los saludos, los encuentros. Ceder el paso ante una puerta.
Saludos, encuentros y cortesías.
¿Qué hará Vd. al encontrar por la calle algún conocido?
Saludaré a las personas conocidas quitándome el sombrero, y me llegaré a hablarles si me indican que lo desean.
¿Con qué mano saludará Vd.?
Siempre me quitaré el sombrero cnn la mano derecha, separándome un poco hacia el lado opuesto a aquel por donde viene la persona a quien saludo.
Si yendo Vd. por la calle con alguna persona, ésta se detiene con otra, ¿qué hará Vd.?
La Urbanidad exige que si la persona a quien acompaño por la calle traba conversación con otra, me separe yo un poco de las dos, paro no oír lo que hablan.
Si la persona con quien Vd. va saluda a otra, ¿qué hará Vd.?
Si el sujeto a quien saluda la persona con quien voy es desconocido para mí, le saludaré quitándome el sombrero, aunque sin decir cosa alguna.
Si yendo con otra persona tiene Vd. que pasar una puerta, ¿qué hará Vd.?
En el paso de una puerta me quedaré el último, y solo pasaré delante en el caso de que se me inste mucho, y aun entonces, protestaré que lo hago para obedecer.
Y al subir o bajar una escalera, ¿que haré?
Observaré el mismo método en las escaleras, a no ser que se haya de llamar a alguna puerta, en cuyo caso me adelantaré para ejecutarlo.
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El saludo siempre lo hará la persona menos importante un poquito antes de hallarse frente al superior
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Se puede ser cortés sin ser falso e importuno; y galante, sin ser adulador.
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Debemos tener siempre mucha limpieza en la cara, ojos, narices y manos, ordenado el cabello
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El respeto debido a los padres y superiores me recuerda el que se debe a los ancianos. Hijos mios, honrad la vejez, tolerad sus faltas y sus achaques.
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Cuando consideramos al amigo como parte de nosotros mismos, los respectivos bienes se convierten en patrimonio común.
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No manifestéis mucha alegría si la fortuna os favorece, ya porque una alegría mayor que la importancia de la cosa denota pequeñez de ánimo.
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De pequeños nos repiten a diario que lo importante es tener buenas maneras...
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Es menester distinguir la maledicencia que descubre las inofensivas debilidades por el solo gusto de denigrar, de la otra que descubre delitos verdaderos que pueden ser dañosos al prójimo.
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Las visitas de pésame se hacen en los primeros meses que siguen a la desgracia, y mejor todavía en la primera quincena.
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Dejamos sentado que antiguamente era grande el exceso en el comer y en el beber, lo cual está probado con buenos y numerosos documentos.
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La costumbre de repartir dulces a los amigos con el parte de casamiento ha desaparecido ya.
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La cortesía y el pudor exigen cubrir todas las partes del cuerpo, salvo la cabeza y las manos.