El sentimiento religioso.
Sin fuerza de alma ninguna virtud se adquiere, ningún alto deber se cumple.

El sentimiento religioso.
Dando por seguro que el hombre es superior al bruto, y que en sí contiene algo de divino, debemos estimar en mucho todos aquellos sentimientos que tienden a ennoblecerle; y siendo evidente que ninguno lo hace en tanto grado como el aspirar, a pesar de sus miserias, a la perfección, a la felicidad, a Dios, fuerza es reconocer la excelencia de la Religión, y cultivarla por consiguiente.
No te desalienten ni los hipócritas, ni los burlones que tengan la audacia de llamarte hipócrita al verte religioso. Sin fuerza de alma ninguna virtud se adquiere, ningún alto deber se cumple; aun para, ser piadoso es necesario no ser pusilánime.
Menos debe desalentarte todavía el verte unido, como cristiano, a muchos espíritus vulgares, poco capaces de comprender todo to sublime de la Religión. Porque pueda y deba aun el vulgo ser religioso no se infiere que la Religión sea una vulgaridad. También el ignorante está obligado a la honradez, ¿y se avergonzará por eso el hombre culto de ser honrado?
Tus estudios y tu razón te han hecho conocer que no hay religión más pura que el Cristianismo, ni más exenta de errores, ni más brillante de santidad, ni que más revele él carácter de divina. No hay otra alguna que tanto haya influido en adelantar y generalizar la civilización, en abolir o suavizar la esclavitud, en hacer sentir a lodos los mortales su mutua fraternidad, su fraternidad con el mismo Dios.
Fíjate bien en todo esto, y particularmente en la solidez de las pruebas históricas de nuestra Religión; pruebasque salen siempre victoriosas de todo imparcial exámen.
Y para no dejarte seducir por sofismas contra el valor de esas pruebas, junta a su examen la memoria del gran número de hombres egregios que las reconocieron como plenas, desde algunos profundos pensadores de nuestro tiempo, hasta el Dante, hasta santo Tomás, hasta san Agustín, hasta los primeros Padres de la Iglesia.
Todas las naciones te ofrecerán nombres ilustres que no osará tachar ningún incrédulo.
El célebre Bacon, tan alabado por la escuela empírica, lejos de ser incrédulo como algunos de sus más fogosos panegiristas, siempre se manifestó cristiano. Cristiano era Grocio, aunque en algo pudo errar, y escribió un tratado "De la verdad de la Religión". Leibnitz fue uno de los mas ardientes defensores del Cristianismo. Newton no se avergonzó de componer un tratado "Sobre la conordia de los Evangelios". Locke escribió "Del Cristiimismo racional". Volta fue un gran físico y hombre de vasta erudición, y toda su vida fue virtuosísimo católico. Esos hombres, y otros muchos de igual grandeza, valen algo ciertamente para atestiguar que el Cristianismo está en perfecta armonía con el talento; con ese talento múltiplo en sus conocimientos e investigaciones, no con el limitado, con el estrecho de miras, ni con el pervertido por la livianidad y por la irreligión.
-
15698

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
El estilo borgoñón requería tanto al monarca como a su consorte a comer en público, excepto en raras o excepcionales circunstancias, solos y separados
-
De tú llama el hijo o hija de la moderna sociedad a sus padres y mayores; para disculpar su atrevimiento, alega que el tú revela mayor afecto.
-
Los distintos tipo de visita son necesarios para mantener activa nuestra vida social.
-
Al llegarse a una persona, ya sea que se va a visitarla, ya que se la encuentre, es descortés gritarle en voz alta.
-
Aunque la urbanidad no establece nada referente al tiempo que uno debe estar acostado y a la hora en que debe levantarse, con todo es educado levantarse temprano.
-
Estamos obligados a sentimientos piadosos y a modales benévolos con todos.
-
Debe, pues, alabarse a tiempo y con medida. Hay alabanzas tan excesivas que por lo mismo se declaran a sí mismas, convirtiéndose en sátiras.
-
Los charlatanes se hacen callar no dando pávulo a sus palabras, del mismo modo que un tocador de violín para a los bailarines cesando de tocar.
-
La descortesía sube de punto a medida que la parte que nosotros nos llevamos excede a la que queda individualmente para los otros.
-
Se puede ser cortés sin ser falso e importuno; y galante, sin ser adulador.
-
Los Godos condenaban a muerte al que abandonase el país o quisiera abandonarlo.
-
La institutriz, persona de carrera y de educación distinguida, se considera siempre como parte de la familia.
