
Pasiones perjudiciales a nosotros y a los demás, la avaricia.
La demasiada afición al dinero o a la hacienda, es la pasión menos común en los niños, los cuales por lo regular inclinan más al vicio opuesto, esto es, a la prodigalidad.
Pasiones perjudiciales no solo a nosotros mismos, sino también a los demás.
Avaricia.
La avaricia, esto es, la demasiada afición al dinero o a la hacienda , es la pasión menos común en los niños, los cuales por lo regular inclinan más al vicio opuesto, esto es, a la prodigalidad, que consiste en hacer poca cuenta del dinero y hacienda, y en gastar y desperdiciar sin miramiento alguno.
Con todo, sucede muchas veces que se apasionan a una u otra cosa determinada, y no saben desprenderse de ella con facilidad.
En este punto es menester que comiencen con tiempo a evitar los extremos. No debe gastarse ni desperdiciarse cosa alguna sin razón , y principalmente deben conservar con todo cuidado y diligencia los vestidos, los libros, y las demás cosas que les dan sus padres, mirándolas cuales son en la realidad como cosas ajenas.
En cuanto a las que pueden llamarse suyas, como la fruta, los dulces , el dinero de su propio bolsillo, y otras cosas semejantes, deben partirlas francamente con los demás, y principalmente con los pobrecitos, que son los que más las necesitan.
-
6586
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los niños deben aprender a respetar a los mayores cuando salen de paseo o van caminando por la calle
-
Nunca hay que comenzar a jugar con una persona de rango muy superior sin que ella lo pida.
-
La educación de los hijos requiere emplear mucho tiempo para estar a su lado, haciéndoles ver lo que está bien y lo que está mal.
-
Los puntos principales de los artículos sobre la amistad, la buena crianza y el carácter.
-
Alzóse con el mundo la necedad, y si hay algo de sabiduría, es estulticia con la del cielo; pero el mayor necio es el que no se lo piensa y a todos los otros define.
-
Cuando la persona que llega merece cierto honor, siempre hay que dejar de hablar, o el juego, o cualquier otra cosa, y todos deben levantarse.
-
Si deseamos nos acompañe a la mesa persona distinguida, la invitación se hace de palabra o por escrito unos días antes del convite.
-
Cuando vivimos en medio de este desorden, perdemos miserablemente el tiempo en buscar los objetos que necesitamos, los cuales no podemos hallar nunca prontamente.
-
Hay muchas personas que se creen hábiles y que a cada momento desean y buscan ocasiones para lucir su habilidad imaginativa
-
No es decoroso ni cortés hablar de forma presuntuosa de un banquete o de una comida a la que uno asistió.
-
No olvidemos que nuestra casa refleja nuestra cultura y por eso debemos conservarla en perfectas condiciones de orden y limpieza
-
Hablar sobre el aspecto de una persona, sobre sus andanzas o sobre cualquier otra cosa con mala intención no es de personas bien educadas.