
El juego y la diversón.
En el juego o diversión, es donde el hombre manifiesta su buena o mala educación.
El juego y la diversón.
En el juego o diversión, es donde el hombre manifiesta su buena o mala educación; por eso una de las cosas en que el niño ha de estar más advertido es en el juego.
La demasía del juego es un vicio detestable; el juego debe ser una honesta recreación del ánimo; y si la pasión se apodera del sujeto, deja de serlo, y pasar a ser trabajo y violencia.
En el juego debe el niño manifestar modestia y mansedumbre; por lo tanto no se enojará, si perdiere, no altercará porfiadamente, no gritará, ni hará aspavientos cuando ganare.
Manifestar deseo de ganar con desasosiego, alterarse y renegar de los instrumentos del juego, echándoles la culpa de no ganar, causa risa y fastidia a los demás; al contrario, cierta indiferencia y desinterés en el juego hace muy amable la diversión. De aquí se conocerá, cuan perjudiciales son los juegos en que no se juntan estas calidades; puesto que de los enfados y porfías salen las quimeras, juramentos y otros males de mucha consideración.
El niño debe huir de las compañías de muchachos disolutos y mal educados, mucho más que de juegos prohibidos y perniciosos a la salud y a las costumbres.
-
16162
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las visitas en sociedad.
-
Cuando tengamos necesidad de llamar a algún sirviente, si le conocemos, le llamaremos por su nombre; caso contrario, haremos una señal.
-
En una mesa de personas de distinción, a cada servicio se cruza el cubierto en el plato para que los criados lo retiren y lo cambien
-
Los amigos grandes son para las grandes ocasiones. No se ha de emplear la confianza mucha en cosas pocas, que sería desperdicio de la gracia.
-
El hombre juicioso sigue la moda sin afectación, y procura que se advierta más bien en su modo de vestir un buen gusto, que lo que se llama última moda.
-
El hombre es un ser social y la urbanidad le ayuda a relacionarse de forma correcta con los demás.
-
Querer hablar y oírse no sale bien; y si hablarse a solas es locura, escucharse delante de otros será doblada.
-
El saludo a una persona es una muestra de cortesía y buena educación.
-
En todos estos deportes toman siempre parte personas de ambos sexos, y hay que recomendar la mayor corrección
-
Nunca hará burla, ni con palabras, ni con gestos ridículos de los ausentes, y menos de los presentes.
-
Las señoras no se levantan ni para recibir ni para despedir a los caballeros; pero sí cuando entren o salgan otras señoras.
-
Hay personas tan llenas de sí mismas, que explican siempre a aquellos con quienes conversan lo que han hecho y lo que hacen, y que se debe tener en mucha estima todas sus palabras y acciones