Aquella urbanidad Página 28
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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La conversación es el palenque en donde se ponen a prueba todas las cualidades de talento, amabilidad y finura.
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La educación y el comportamiento correcto en los espacios públicos.
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La educación y el comportamiento correcto en los espacios públicos.
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Cuando se va al teatro con señoras, uno de los caballeros que las acompañan debe adelantarse a tomar los billetes a la entrada.
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En un templo debemos mostrar un profundo respeto y recogimiento.
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La calle es el lugar en donde hemos de guardar mayor compostura.
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El hábito es una segunda naturaleza, y lo que nos parezca imposible al principio, nos será sumamente fácil con el tiempo.
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El hábito es una segunda naturaleza, y lo que nos parezca imposible al principio, nos será sumamente fácil con el tiempo.
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El aseo revela hábitos de orden, de exactitud y método en todos los actos de la vida.
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El aseo revela hábitos de orden, de exactitud y método en todos los actos de la vida.
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Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
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Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
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Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
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La instrucción es al hombre, considerado física y moralmente, lo que el riego a una planta.
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Un deber que estamos obligados a cumplir con respecto a nosotros mismos, es el de refrenar nuestras pasiones.
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El ver cuan necesarios nos son nuestros semejantes en todos los actos más leves de la existencia, basta para hacernos comprender cuáles serán nuestros deberes respecto a ellos.
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Después del amor y la benevolencia, las más bellas cualidades con que podemos adornarnos son la modestia y la tolerancia.
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El amor de la patria es también instintivo en el hombre, y todos nos sentimos irresistiblemente adheridos al lugar de nuestro nacimiento.
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Principios sólidos, y basa fundamental de la verdadera sabiduría, de las obligaciones de la buena crianza, y un resumen de las principales reglas de la urbanidad.
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Con los hombres habemos de tratar, como con hombres y no como con Angeles; y así es necesario, que nuestra conducta con ellos sea proporcionada a nuestro estado común.
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Si hemos de ser corteses con nuestros iguales con una Cortesía amistosa, es menester serlo aun más con aquellos, que tengan alguna cualidad mayor.
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No es solo grosería, síno brutalidad, e infamia, el hablar a los Padres con poca modestia, y mucho peor con arrogancia y altivez.
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La urbanidad es una especie de túnica que envuelve las asperezas de nuestro carácter, embotándolas, y que impiden lleguen a herir a los demás.
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La urbanidad es una especie de túnica que envuelve las asperezas de nuestro carácter, embotándolas, y que impiden lleguen a herir a los demás.
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El respeto por las creencias de los demás.
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El respeto por las creencias de los demás.