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Hablar de dinero. Etiqueta social

Hablar de dinero es inapropiado salvo contadas excepciones. Sacar el tema del dinero en una conversación que no sea de negocios, no es muy elegante

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Un billete y varias monedas de euro.
Dinero. Un billete y varias monedas de euro.

El dinero en las conversaciones

Hablar de dinero y del precio de la cosas

Puede que el dinero no de la felicidad -según el dicho popular- pero es innegable que es necesario para casi todo. El dinero es fuente de problemas cuando no se tiene suficiente para cubrir las necesidades básicas o se carece totalmente de él. También cuando se tiene mucho dinero, puede acarrear múltiples problemas. Pero el dinero desde el punto de vista de la etiqueta, ¿tiene importancia?

Hablar de dinero sin más ni más es inapropiado. Sacar el tema del dinero en una conversación que no sea de negocios, no es muy elegante. Incluso en círculos muy íntimos el tema del dinero debe ser obviado, en la mayor parte de los casos. Preguntar cuánto gana una persona, presumir de lo que tiene de valor, cuánto vale tal o cual cosa, es un acto de grosería digna de personas poco educadas.

Lo bueno se ve y se nota, no hace falta ponerle 'precio'

De igual forma, presumir de lo que vale tal o cual cosa, decir su precio o alardear de lo caros que son, por ejemplo, los muebles de su casa, es de lo más maleducado que se puede ver. La calidad se ve, no hace falta cuantificarla económicamente.

El tema del dinero puede ser tratado cuando se habla de cosas ajenas a los participantes en la conversación o refiriéndose a temas económicos de dominio público. Hablar de lo que gana un determinado grupo empresarial, un personaje público, o incluso hablar de aquel objeto que vio en una casa de antigüedades, del cuadro que admiró en una galería de arte o del vestido que le encantó de aquel escaparate... es algo trivial que no puede molestar a nadie. Casi siempre que se hable de dinero, hay que hacerlo sin personalizar, siendo una manera mucho más sutil de hablar de temas económicos sin molestar o intimidar a nadie.

Si alguien le hace una pregunta directa y personal sobre temas de dinero, puede excusarse de la mejor forma posible, e indicar que no habla en público sobre estos temas, y que en el ámbito privado, donde se deben tratar, solo habla de asuntos económicos con las personas que debe hacerlo, como, por ejemplo, su asesor fiscal o su pareja.

Si alguien en la conversación insiste con el tema del dinero para no discutir o enfadarse le puede contestar de forma irónica o jocosa. Por ejemplo, como un dicho popular de mis abuelos: "vale -o ganas- más de lo que piensas... pero mucho menos de lo que imaginas".

 

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