Cómo ser simpáticos y empáticos. Mejorar la capacidad de escuchar (con vídeo)
Si escuchamos de forma atenta a la otra persona sin emitir juicios u opiniones veremos cómo se transforma nuestra relación con esa persona
Cómo practicar una forma de escuchar más atenta
Cuando somos simpáticos reconocemos las dificultades que atraviesa alguien; pero cuando somos empáticos podemos comprender esos sentimientos de una forma más profunda. La empatía es necesaria para convivir y solucionar conflictos de forma pacífica.
Qué habilidades nos ayudan a ser más empáticos
La habilidad más importante para ser empático es la capacidad para escuchar a los demás. Muchos dirán que escuchamos a cada rato, pero con las prisas no prestamos atención y solo nos fijamos en el mensaje y no en las palabras. No vemos lo que hay detrás de esas palabras, lo que la otra persona quiere decir de verdad.
Cómo prestar nuestra atención a la persona que está hablando
La atención es una forma de escuchar que no es la habitual y, sin embargo, tiene muchas ventajas.
La primera vez que queramos escuchar de esta forma más atenta puede que nos resulte algo más difícil. No estamos muy acostumbrados a escuchar a los demás sin juzgarlos, sin apostillar, sin interrumpir, etcétera.
Si escuchamos de forma atenta a la otra persona sin emitir juicios u opiniones veremos cómo se transforma nuestra relación con esa persona.
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Qué necesitamos para aprender a escuchar de forma atenta
- Un lugar tranquilo donde poder escuchar
- Una persona cercana o especial con quien poder practicar. Puede ser un amigo, un hijo, un familiar
- Tener a mano un temporizador para calcular el tiempo del ejercicio o fijarse en la hora de un reloj. Solo necesitamos 10 minutos.
Lo importante es tratar de eliminar cualquier distracción. Que no haya interrupciones. Nos sentamos frente a la otra persona a una distancia prudente y cómoda para ambos.
El método para mejorar la escucha activa y la empatía
- Una de las dos personas va a hablar durante 10 minutos y la otra va a escuchar en silencio.
- No se puede interrumpir a la persona que habla durante su tiempo de exposición.
- Hay que escuchar con atención y respeto. Sin juzgar ni apostillar.
- Si nos desconcentramos, trataremos de retomar el 'contacto' respirando profundamente y volviendo a prestar atención. Es normal que al principio tengamos una cierta tendencia a distraernos fácilmente.
- Debemos evitar que el lenguaje corporal nos 'delate' con gestos y movimientos que denoten falta de interés.
"Dedicar una vez a la semana un tiempo a la escucha activa para convertirla en un hábito"
Luego se cambian las tornas, y será la otra persona la que hable.
Con este sencillo ejercicio creamos un espacio muy especial, libre de interrupciones y prejuicios donde podemos expresarnos a nuestras anchas.
Elsa Punset, colaboradora habitual del magnífico programa de RTVE "Para todos la 2" y divulgadora científica, nos ofrece un interesante ejercicio que puede practicar todo el mundo para mejorar la empatía y la escucha atenta. Una habilidad social de gran importancia para nuestra vida diaria.
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