Andar por la calle. Respeto y educación el vía pública. Circular por la derecha
Las normas de buena educación, nos indican que se debe respetar la derecha de los viandantes

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Cómo caminar de forma correcta por la calle
Una de las costumbres que que se ha perdido con mayor rapidez y que podemos comprobar a diario, sobre todo debido al ajetreado ritmo de vida que llevamos, es circular por nuestra derecha.
Si vamos por nuestra derecha, no será la primera vez que nos encontramos a otra persona que de forma obstinada viene de frente ocupando la derecha y no cede este lado de la acera.
Las normas de buena educación, nos indican que se debe respetar la derecha de los viandantes, con las excepciones que suelen darse para estas y otras ocasiones: personas mayores, discapacitados o con algún tipo de impedimento, señoras con un coche de niño, etcétera.

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Reglas no escritas de convivencia
Caminar por nuestra derecha no es solamente una "norma no escrita", es una forma de garantizar un correcto flujo de las personas en las calles. Si cada persona camina por donde le da la gana seguramente se producirían bastante problemas, sobre todo en las calles más transitadas.
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En el sentido de la marcha, la señora siempre va por el lado interior de la acera, es decir, por el lado más cercano a la pared de los edificios y el caballero siempre va por el lado más cercano a la calzada.

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Como siempre suele ocurrir en las reglas de cortesía y buenas maneras, la explicación de esta colocación viene como factor de protección a la mujer ante posibles "peligros" o incidencias -salpicaduras de un coche al pisar un charco, por ejemplo-. En la época de los coches de caballos se hacía para protegerlas del posible "latigazo" con el que los cocheros azotaban a los caballos.
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En el caso de aceras muy estrechas o con obstáculos, donde solo cabe una persona, el que debe bajar de la acera o esperar a que pase la otra persona, es el peatón que no circula por su derecha. Cosa, que como hemos comentado, cada vez es menos habitual.

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Hay algunas excepciones que tienen que ver con la seguridad. Por ejemplo, cuando se camina por un arcén o calle sin aceras, se debe caminar en sentido contrario al de los automóviles -es decir, por nuestra izquierda- para ver venir los coches de frente y que no queden a nuestra espalda -como los tendríamos si caminásemos por la derecha-.
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