Excusas, disculpas y otras justificaciones (con vídeo)
Nos excusamos por llegar tarde, por no acudir a una cita o reunión, por romper algo, por tropezar o tener un accidente, por no hacer bien un trabajo o tarea determinada, etcétera. Hay excusas para casi todo
Yo no he sido: cómo elaboramos excusas para justificar errores o fallos
Cómo hacemos para justificar los errores o las faltas
La forma de exculparnos de nuestros fallos, descuidos y errores es mediante la excusa. Elaboramos excusas como una forma de reducir nuestra ansiedad, de aminorar el estrés que nos produce cometer un error y con el fin de protegernos frente al fallo cometido. Incluso, utilizamos la mentira para poder eludir la culpa de un accidente o incidencia.
¿Quién no ha dado una excusa alguna vez en su vida? El autor comenta una simpática anécdota sobre una niña a la que su abuela deja sola durante unos minutos en un elegante salón de una estupenda casa llena de valiosos objetos. Apenas sale la abuela de la estancia oye un gran estruendo y cuando regresa al salón ve un valioso jarrón hecho añicos. La niña nada más ver a su abuela le dice: "Yo no he sido", a lo que la abuela responde con ironía: "Ah, bueno, entonces es que el jarrón se ha suicidado".
Aprendemos a muy temprana edad a dar excusas
Desde pequeños aprendemos a dar excusas, por inocentes que sean. Casi siempre solemos tratar de buscar un culpable y tratamos de demostrar que las causas de nuestros errores están fuera. Aceptar los errores puede ser una cuestión de autoestima. Reconocer un error puede ser, aunque suela ser una percepción errónea, reconocer que somos más torpes, menos inteligentes, más incompetentes, etc. Reconocer los errores es imprescindible en cualquier proceso de aprendizaje.
¿Es peor mentir 0 decir medias verdades? Lo más adecuado suele ser decir la verdad pero hay excepciones. Por ejemplo, cuando se quiere evitar hacer daño o herir a una persona. Entonces se utiliza lo que se conoce como "mentira piadosa" o mentira blanda o blanca.
Fórmulas exculpatorias o técnicas para justificar algo
Hay tres fórmulas exculpatorias que pueden englobar a otras muchas derivadas.
1. La negación. Yo no he sido. Se trata de buscar el culpable fuera de nosotros. Proyectamos la culpa en otras personas o cosas.
2. Aceptación parcial. Si lo hice pero... tengo una justificación.
3. Lo inevitable. Yo no pude hacer nada, son cosas del azar o del destino. Se justifica con entes abstractos.
Te puede interesar: Saber pedir perdón. Pedir disculpas
¿Qué es una excusa?
La excusa es una forma de aminorar una culpabilidad. Pero, en algunos casos, las excusas son tan frágiles o tan poco creíbles que rozan el ridículo. Hay excusas de todo tipo que utilizamos para aminorar nuestra culpabilidad. Por ejemplo, cuando un conductor de automóvil atropella a una persona y el conductor se excusa alegando "se me echó encima".
Es curioso observar cómo se utilizan o buscan factores externos para justificar accidentes por ejemplo: el alcohol fue el causante de..., la niebla o la lluvia causó un accidente múltiple..., etcétera. No, los causantes somos nosotros, como en tanto otros órdenes de nuestra vida.
Escuchamos excusas cada día y en todos los ámbitos de la vida. En el ámbito familiar, social, laboral, etc. Nos excusamos por llegar tarde, por no acudir a una cita o reunión, por romper algo, por tropezar o tener un accidente, por no hacer bien un trabajo o una tarea determinada, etc. Hay excusas para casi todo.
Francisco Gavilán, psicólogo y escritor -autor del libro "Yo no he sido"- participa como invitado en el estupendo programa de RTVE "Para todos la 2" y nos ofrece una amena e interesante explicación sobre el tema de las excusas y las disculpas.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
El protocolo se ha convertido desde hace pocos años en una disciplina formativa de gran demanda, lo que ha dado lugar, también, a un gran aumento de la oferta formativa
-
Es importante causar una buena primera impresión pero aún más importante es demostrar interés por el trabajo al que nos estamos postulando
-
No somos conscientes, en muchos casos, de lo que demás piensan de nosotros
-
El concepto de la elegancia -que tiene buen gusto y distinción para vestir- no siempre es igual para todo el mundo
-
El anfitrión debe ser un buen organizador y un buen relaciones públicas para poder atender de forma correcta a todos sus invitados
-
Dialogar es una plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos
-
La importancia de la comunicación no verbal debería ser tenida en cuenta a la hora de incluir esta materia cono asignatura en la educación primaria y secundaria
-
Los reyes suelen ofrecer banquetes a sus invitados por diversos motivos. El trabajo previo para que toda salga bien es inmenso
-
Las manos son importantes en la comunicación verbal y no verbal, al ser un complemento perfecto para comunicar
-
Lo primero que debemos hacer es buscar la parte del cuerpo que más nos gusta y tratar de potenciarla
-
Si quiere ser un perfecto anfitrión no debe perderse este estupendo vídeo que podríamos haber denominado "El manual del perfecto anfitrión"
-
Gestos que pueden ayudar a tomar con optimismo nuevos retos y proyectos para nuestra vida diaria