Las entrevistas y la conversación. Conversar. Entrevistar
La entrevista no es un monólogo pero tampoco una conversación. Solo debe responder cuando se le pregunta

protocolo.org
Hablar unos con otros: reglas que prescribe la urbanidad para las conversaciones
Aquella urbanidad
Los hombres que viven en el mundo, teniendo siempre asuntos en común, se ven obligados a conversar, a hablar unos con otros; por esto, una de las cosas sobre las cuales la cortesía prescribe más reglas es la conversación; quiere que los cristianos sean extremadamente discretos en sus palabras: es el consejo que les da Santiago en su epístola.
El mismo Sabio quiere que esta circunspección sea tan grande que, aunque sepa la estima que se hace en el mundo del oro y de la plata, quiere, sin embargo, que se prefiera el cuidado que se debe tener en las palabras, al amor que los hombres tienen naturalmente a conservar el oro y la plata, diciendo que se debe fundir el oro y la plata para hacer con ellos una balanza con que pesar sus palabras: con razón, sin duda; puesto que, como dice el mismo apóstol Santiago, puede asegurarse que un hombre es perfecto cuando no comete pecado, y al hablar, debe también persuadirse uno de que el que en sus palabras no comete falta contra la buena educación, sabe perfectamente bien cómo hay que vivir en mundo, y tiene una conducta exterior muy sensata y ordenada.
Esta circunspección que se debe tener en las palabras, pide que éstas vayan acompañadas de algunas condiciones, de lo cual se tratará en el artículo siguiente.
Condiciones que deben acompañar a las palabras según la cortesía
Quiere la cortesía que el cristiano nunca profiera una palabra que vaya contra la verdad o la sinceridad, que falte al respeto a Dios o a la caridad con el prójimo, que no sea necesaria o útil, y dicha con prudencia y discreción.
Estas son las condiciones que exige acompañen a todas nuestras palabras.
-
1546

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Todo hombre que tiene libre el uso de sus ojos, y de su mano derecha, puede escribir la forma de letra que le guste.
-
El placer es el escollo contra el cual se estrellan los jóvenes, porque se dejan ir a toda vela con dirección a él, pero sin aguja para dirigir su rumbo.
-
Hay personas que con tal de agradar a los demás hacen o dicen cosas para ganarse su afecto y confianza.
-
Se limpiarán los dientes con un cepillito blando, procurando hacer esta operación por dentro y por fuera.
-
Cuando muchos hablan a un tiempo, parece que oye uno a las ranas que se empeñan a porfía en sobrepujarse unas a otras y procurarse la gloria de ensordecer a cuantos las oyen.
-
Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
-
La entrada de la casa, los corredores y el patio principal, son lugares que están a la vista de todo el que llega a nuestra puerta; y por tanto deben, inspeccionarse constantemente
-
Para hacer un regalo se necesita un tacto exquisito y suma delicadeza, sobre todo cuando se hace a personas que puedan necesitarlo.
-
Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
-
Si a la locuacidad se une el egoísmo, esto es, si siempre hablamos de nosotros mismos, de nuestros gustos, de nuestras cosas, y de cuanto nos pertenece, es positivo que fastidiaremos de una manera insoportable a cuantos nos oigan.
-
El hombre es un ser social y la urbanidad le ayuda a relacionarse de forma correcta con los demás.
-
"El baile, dice el lord Chesterfield, aunque es un pasatiempo tonto y frivolo, es una de aquellas locuras con las cuales es preciso que los hombres de juicio se conformen algunas veces; y si se conforman, es preciso que lo hagan en regla."

