Cuestiones sobre la urbanidad. IV
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
Cuestiones sobre la urbanidad.
Después de Dios, ¿a quiénes debemos más amor y respeto?
¿En qué ocasiones besará Vd. la mano a sus padres?
Si alguna vez fuere Vd. reprendido por sus padres o maestros, ¿cómo se portará?
¿Saldrá Vd. jamás de casa sin permiso de sus padres?
¿La educación es esencial al hombre?
¿Deben los discípulos amar y obedecer a sus preceptores?
Al entrar en la escuela, ¿qué practicará Vd. desde luego?
De los diversos ramos de instrucción, ¿cuáles son los más indispensables?
Cuando estando Vd. en la escuela entrare o saliere el maestro, u otra persona de carácter, ¿qué efectuará Vd.?
Una noble emulación, ¿es necesaria y provechosa a todo el que aprende?
Cuestiones sobre la urbanidad
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Hay hombres instruidos que hacen vanidad de su saber, hablando siempre en tono magistral, y decidiendo sin apelación.
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La galantería exige sin embargo, que un caballero ofrezca atentamente su puesto a una señora que le tuviese menos cómodo.
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Si no es un deber moral el no hacer daño a los animales, al menos es un deber sentimental.
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Querer que nuestra conducta merezca la aprobación de todos, es pretender que los mismos manjares agraden también a todos.
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No tienen la voluntad ni poder de proteger a nadie.
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Las conversaciones, alabanzas y los paseos a pie o en coche.
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Debemos acostumbrarnos en todos tiempos a fijar nuestros deseos en el bien infinito, y a no anhelar en el mundo más bienes que los que poseemos.
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Se provoca la risa hablando de objetos bajos y plebeyos en tono grandioso y elevado con el cual reciben aquellos un aire cómico y gracioso.
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Pensamientos y sentencias breves de carácter doctrinal que se proponen sobre los buenos modales y la urbanidad.
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Querer hablar y oírse no sale bien; y si hablarse a solas es locura, escucharse delante de otros será doblada.
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La educación de los hijos requiere emplear mucho tiempo para estar a su lado, haciéndoles ver lo que está bien y lo que está mal.
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El respeto a los magistrados favorece la obediencia a las leyes y esto trae el beneficio público.