Aquella urbanidad Página 24
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
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Se puede invitar a los demás a que beban, con tal que sea cortésmente, con moderación y sin forzarlos.
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Para tener vestidos recatados es preciso que en ellos no haya apariencia alguna de lujo ni de vanidad.
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La limpieza en los vestidos es una de las cosas que más tienen que ver con la cortesía.
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No es decoroso ni cortés hablar de forma presuntuosa de un banquete o de una comida a la que uno asistió.
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La cortesía invita a veces a servirse de un bastón, pero sólo la necesidad permite llevar una cachava en la mano.
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Nunca debemos mostrarnos, no sólo sin vestidos, sino ni siquiera sin estar totalmente vestidos.
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La urbanidad exige que cuando se está sentado se tengan las rodillas en su postura natural.
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La cortesía y el pudor exigen cubrir todas las partes del cuerpo, salvo la cabeza y las manos.
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La cortesía exige tener y mantener siempre las manos limpias, y es vergonzoso mostrarse con las manos negras y mugrientas.
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Es muy indecoroso agachar la espalda, como si se tuviera un pesado fardo sobre los hombros.
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La cortesía exige abstenerse de bostezar cuando se está con otras personas, sobre todo cuando se está con personas a las que se debe respeto.
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La urbanidad no consiente que se tenga nada en la boca, ni permite tener algo entre los labios o los dientes.
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Es norma de cortesía tener la nariz muy limpia.
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La señora penetrará la primera en el comedor y se dirigirá a su puesto, permaneciendo en pie.
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CAP.06. La comida de Don Quijote en casa de los Duques (cuento de Sancho Panza).
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Al comer hay que hacerlo de tal modo que los carrillos no se inflen, y es totalmente contrario a la educación tener al mismo tiempo los dos carrillos llenos.
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Aunque la urbanidad no establece nada referente al tiempo que uno debe estar acostado y a la hora en que debe levantarse, con todo es educado levantarse temprano.