10 claves de etiqueta para las comidas de Navidad de la empresa (con vídeo)
La Navidad es una época para compartir alegrías, mesa y comida. Pero hay que saber comportarse como en cualquier otra actividad social
10 reglas de etiqueta para las cenas de empresa en Navidad
Cuidado con esos modales en las celebraciones navideñas de la empresa
Los encuentros o cenas de Navidad de empresa son una estupenda oportunidad de fortalecer las relaciones entre los empleados, fomentando un ambiente de camaradería y compañerismo. Incluso, es un momento para olvidar ciertas diferencias y rencillas.
Con la llegada del mes de diciembre, la proximidad de la Navidad multiplica el número de encuentros en torno a una mesa. Reuniones de amigos, de compañeros de trabajo, o de familiares. También, las reuniones de antiguos compañeros de colegio, de universidad, o de cualquier otro tipo de actividad formativa acaecida en el pasado. Pero una de las reinas de estas celebraciones navideñas es la cena -o comida- de Navidad de la empresa. En unos casos la organiza la empresa. En otros casos, son los propios empleados los encargados de organizarlo todo.
La alegría se desborda, en muchos casos, acentuada por los efectos de unas copiosas comidas acompañadas de importantes cantidades de alcohol. Y uno se pregunta ¿dónde quedaron los comportamientos correctos y las buenas maneras? Seguramente, olvidados en la puerta de casa, junto con el resto de problemas personales, familiares, económicos o laborales. Desde pequeños nos enseñaron a decir siempre por favor y gracias. A pedir permiso para entrar en los sitios. En definitiva, nos han enseñado a tener buenos modales. No lo dejemos en el cajón del olvido en Navidad.
Diversión pero con prudencia y con moderación
Estos encuentros gastronómico-fraternales deberían ser un poco más moderados. No por el momento, que requiere de unas ciertas dosis de alegría y un cierto alborozo, sino por las posibles consecuencias posteriores. A continuación damos algunos consejos para no arrepentirse de su comportamiento al día siguiente.
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1. Alcohol: con mucha prudencia
Con unas cuantas copas de vino o de cualquier otro tipo de alcohol se pueden hacer y decir cosas que luego pesan sobre nuestra imagen o incluso sobre nuestro futuro profesional. Hay que beber con moderación, no solo por cuestiones de salud, sino por cuestiones meramente personales y de imagen. Es un espectáculo poco grato ver a una persona borracha y sin control.
2. Hablar más de la cuenta
¡Cuidado con lo que decimos! Hablar sin control es peligroso, siempre hay gente que "lo registra todo". Luego, 'alguien' puede tratar de recordar esas palabras o comentarios en el momento menos oportuno para nosotros -y seguramente el más oportuno para él-. También puede perjudicarnos, sincerarnos demasiado, hablando de los jefes o de otros compañeros de trabajo.
3. Comportamiento: ¿dónde se han quedado los buenos modales?
Bailar encima de una mesa, hacer un striptease y muchos otros comportamientos divertidos en ese momento, nos pueden pasar factura en el futuro. Muchos de estos "shows" pueden ser vistos por millones de personas en forma de fotografías y vídeos colgados de la red -YouTube-. Siempre hay algún 'gracioso' que comparte en las redes sociales -Facebook, Twitter, etcétera- estos vídeos. También, de forma directa, por mensaje, vía Whatsapp, Telegram y en otros muchos sitios y plataformas.
4. Tratar con respeto a los demás
No debemos olvidar que los jefes siempre siguen siendo los jefes, y los empleados sus subordinados. Los tratamientos deben ser correctos. Hay que saber comportarse como un jefe, o como un empleado guardando unas ciertas distancias. En algunos casos, estas reuniones sirven para "estudiar" ciertas características de las personas. Al observar sus comportamientos, que no suelen manifestar tan "espontáneos" en otras ocasiones, se ve cómo es esa persona. Hay que tener un poco de cuidado porque nos pueden estar "estudiando" sin que nos demos cuenta. Confianzas, las justas.
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5. Ser nosotros mismos, no alguien que no somos
No hay que hacer cosas que no vayan con nuestra forma de ser o que no realicemos habitualmente. Si beber no nos sienta bien, es mejor no beber. Si no nos gusta hacer una determinada cosa, no debemos dejarnos llevar por el momento. Y mucho menos cuando la proposición no sea muy prudente. Una cosa es ser afable, cordial, amable y sociable y otra es ceder a las presiones hechas por los "listillos" del grupo. Siempre suele haber 'alguien' que plantea retos bastante "subidos de tono" o demasiado descabellados. Hay que saber diferenciar una broma de una gamberrada o algo mucho peor, una humillación pública.
6. Relacionarse: no nos quedemos en una esquina como meros espectadores
Si en la cena hay compañeros de trabajo, jefes y subordinados, es aconsejable relacionarse y conversar. Pero cuidado "si la cosa pasa a mayores". Cada persona es perfectamente libre de hacer lo que quiera, pero hay que recordar que debemos convivir, con la mayoría de estas personas, el resto del año. Un desliz (o affaire) puede ser el principio, tanto de una buena amistad o algo más, pero también el de un quebradero de cabeza. Hay que ser prudentes y actuar de forma consciente, llevado por nuestros sentimientos, no llevados por la emoción del momento.
El mismo consejo puede servir para las conversaciones. Prudentes sin entrar en discusiones o broncas que puede ser la semilla de una enemistad para el futuro. Respetamos las opiniones, aunque no las compartamos.
7. Cumplir con las 'obligaciones'
No hay que ser el tacaño de la fiesta. Si la fiesta es a escote -pagar a medias, a pachas, a partes iguales-, no debemos olvidarnos de pagar nuestra parte. Si hemos aceptado ir a la fiesta, hemos aceptado las 'condiciones' económicas propuestas. No podemos ponerle pegas a todo como excusa para no pagar lo que nos corresponde.
Si se pagan unas copas, no debemos irnos a casa cuando nos toque pagar una ronda. La generosidad es una cualidad muy apreciada porque demuestra que uno sabe comportarse de forma correcta en sociedad. Hay que saber ser espléndido cuando haya que serlo.
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8. Hacer regalos: ¿tradición o espontaneidad?
Los regalos, cuando hay un intercambio de regalos, deben estar 'consensuados' para evitar diferencias entre unos y otros, y no crear un 'mal ambiente'. El famoso amigo invisible o una costumbre similar en la empresa, nos debe 'obligar' a averiguar o a saber qué tipo de regalos se hacen en estas ocasiones, si es la primera vez que participamos. Es bueno saber qué cantidad se suele gastar cada persona en estos obsequios (al menos una cantidad aproximada).
Cuando se trata de algún regalo espontáneo, se debe hacer de forma privada, cuando no se ofrece una regalo para cada uno de los invitados. El típico regalo que se ofrece a nuestro compañero de mesa, compañero del mismo turno, etcétera.
9. Cómo vestirse para una comida de Navidad de empresa
El vestuario es una parte importante de nuestra imagen en cualquier ámbito. Una cosa es que dejemos olvidada la corbata, y otra que dejemos olvidada la elegancia. Se puede vestir de forma deportiva -sport-, de vaqueros, de falda, pero con cierto gusto y un poco de sentido común. Un vestuario informal no quiere decir ir desaliñado o con un vestuario poco adecuado para la ocasión.
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10. Diversión, sí. Desenfreno, no
La prudencia y el sentido común no tienen por qué ser un freno para pasar una jornada divertida. La moderación debe ser el "termómetro" que debemos utilizar para evitar llegar al desmadre o el descontrol. Es bueno recordar que hay "un día después". En muchas ocasiones se confunde la diversión con el desenfreno. Un comportamiento de este tipo suele llevar a todo lo contrario a una velada divertida. No suele acabar demasiado bien.
Vídeo: Guía de buenos modales para la cena de Navidad de la empresa
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