
Romper el protocolo.
Ayer me levanté con ganas de romper un poco el protocolo.
Ayer me levanté con ganas de romper un poco el protocolo, como hace la Familia Real, pero no se me arregló. Pensé que si dejo de levantarme por la mañana, llevar los niños al colegio, el perro a mear (o viceversa) y mi cerebro al trabajo, puede que me quede en pocos días sin protocolos que romper, es decir, sin trabajo, sin familia y hasta sin perro.
Lo que pasa es que cuando llegan a Asturias estos vientos de otoño, que nos traen por igual suicidas, asesinos con carné de loco, castañas baldunas y pilongas y actos monárquicos de alto copete en el Campoamor y alrededores, a uno le entran ganas de romper el protocolo. Lo hacen los locos y los reyes. O viceversa.
Pero no hay manera de romper el protocolo y ser diferente por un segundo. Para permitirse el lujo de parecer sencillo hay que ser poderoso, para aparentar descuido hay que ser rico de familia, y no se puede ir de despistado con el dinero salvo que se tenga un porrón de millones en el banco. Para ir bien despeinado hace falta pagarle sesenta euros al barbero (ahora se dice estilista), para comer como un cartujo hay que tener un dietista en nómina y no hay nada más impactante que decir que uno es republicano cuando se pone a la cola del besamanos de don Felipe y señora.
Pero está visto que la gente corriente no nos podemos salir del protocolo. No tenemos margen. Lo que nos queda es ponernos en los bordes de la alfombra roja y hacer la ola para que ellos, los elegidos por la Historia, tengan la ocasión de salirse del protocolo. Qué suerte.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Cada persona tiene su propio 'territorio' en el que desarrolla su vida profesional, social o familiar
-
¿Es aceptable que un pasajero se ponga un pijama en el avión durante un vuelo comercial?
-
Los bautizos han pasado de ser ceremonias familiares a eventos sociales donde se invita a una celebración
-
Soy mujer, y cuando sea anciana seguramente pediré la silla, pero mientras sólo sea una persona mayor pero razonablemente sana, me daría vergüenza hacer parar, por ejemplo, a un obrero que viene de trabajar todo el día y se queda dormido de cansanci
-
Los regalos tienen como finalidad sorprender y agradar a la persona que los recibe. Por este motivo, deben ser adecuados al momento, el motivo y el destinatario de ese regalo
-
Es posible que no haya un invitado perfecto, pero sí que un invitado se comporte de forma que deje una buena sensación a sus anfitriones
-
El trato cortés y considerado en nada disminuye la personalidad ni la jerarquía de mando de quien las ostenta
-
Las personas con las que nos solemos juntar suelen tener nuestra misma escala de valores, gustos, aficiones, etcétera
-
Nos encontramos maravillosamente en esto distintas generaciones; generaciones que convergemos juntas: todas ellas llenas de experiencia y habilidades que en una perfecta unidad serán el soporte para salir librados de esta situación lo mejor posible
-
Algunas veces surgen conflictos entre personas con discapacidades cuyas necesidades son opuestas
-
Sugerencias para comportarse de forma adecuada en cualquier reunión o celebración social
-
Está en boga dejar en "visto". Este germen ha sido contagiado a expertos en etiqueta social, protocolo y ceremonial y, además, colegas, amigos, parientes y conocidos...