Qué hacer cuando tenemos unos vecinos ruidosos y molestos. Consejos para convivir con malos vecinos
Los vecinos son una parte importante de nuestra vida diaria porque tenemos que convivir con ellos. Por este motivo, hay que tratar de llevarse bien y respetar ciertas normas sociales
Consejos para convivir con vecinos molestos y poco educados
¿Quién no ha tenido alguna vez vecinos ruidosos y molestos? Es un problema bastante más común de lo que pensamos y puede afectar a nuestra calidad de vida, así como puede llegar a perturbar la tranquilidad de nuestro hogar. Oír discusiones a todas horas, ruidos molestos, música a todo volumen -y más aún a altas horas de la madrugada-, etcétera, puede ser una auténtica tortura.
Este tipo de situaciones suelen alterar nuestro sueño, nuestra capacidad de concentración... incluso pueden llegar a afectar a nuestra salud mental. ¿Cómo podemos solucionar este problema cotidiano de una manera efectiva y sin perder los estribos ni los buenos modales?
La convivencia pacífica es fundamental para el bienestar de todos los vecinos. Pero, a veces, nos encontramos con vecinos que no respetan las reglas y no son conscientes del impacto que tienen en las demás personas con las que convive en un mismo edificio, urbanización o bloque. Cuando se nos presenta esta situación, lo primero que debemos hacer es mantener la calma y abordar el problema de la manera más civilizada posible.
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Hablar con los vecinos
La comunicación es muy importante. En este tipo de casos, mucho más. Hay que hablar directamente con los vecinos molestos y exponerles el problema de forma clara y directa. Vamos a hacerles ver que debemos buscar una solución consensuada. No es cuestión simplemente de quejarnos. Hay que tratar de aportar y buscar soluciones a este problema. Vamos a tratar de tener un diálogo constructivo, sin amenazas y comportamientos fuera de lugar.
Hablar con el presidente de la comunidad
Cuando el problema es un edificio, bloque comunitario o edificaciones similares, una buena opción es ponerse en contacto con el presidente de la comunidad o administrador y explicarle el problema. Puede hacer un primer intento para resolver esta cuestión o mediar entre los vecinos para tratar de llegar a un acuerdo entre todos.
Viviendo de alquiler
Si los vecinos molestos viven de alquiler, podemos tratar de ponernos en contacto con el propietario del piso. Puede ser responsable indirecto si no se resuelve el problema.
Medidas legales
Es el recurso que deberíamos dejar para el final. Suele ser costoso y tedioso. Además, el problema no se soluciona de forma tan inmediata como tratándolo directamente con estos vecinos. Pero, si es cierto, que hay ocasiones en las que no queda otra alternativa.
Salir del paso mientras se soluciona el problema
Es posible que, cuando no se encuentra una solución rápida, tengamos que tomar alguna medida a nivel individual. No abrir las ventanas, usar tapones para los oídos, escuchar la televisión o la radio con auriculares, etcétera. Si tenemos que estudiar o trabajar puede que sea una buena opción hacerlo en una biblioteca pública, un espacio de coworking o algún lugar similar. Con suerte, no será por mucho tiempo.
La solución al problema para siempre
Si nuestros vecinos molestos están dispuestos a hablar y a encontrar una solución que funcione, vamos a intentarlo. Pero debemos tratar de establecer unas reglas, para evitar que sea una solución temporal. Podemos acordar algunas normas básicas, aunque es muy posible que ya exista algo similar en los estatutos de la comunidad. Podemos ser generosos y 'relajar' algunas condiciones. Hay que saber ceder en algunos casos para evitar males mayores. Pero tampoco hay que dejar que se impongan condiciones que solo beneficien a una parte.
Todos podemos ser vecinos molestos... pero ocasionalmente
¿Quién no ha dado una fiesta en su casa? ¿Quién no ha puesto la música o la televisión demasiado alta? ¿Quién no ha dado unos cuantos martillazos o ha hecho algunos agujeros con un taladro? Estas y otras preguntas nos las deberíamos hacer todos. Pero, hablamos de comportamientos muy esporádicos. Cuando se vuelven habituales entramos en la categoría de vecinos molestos.
Convivir con vecinos ruidosos puede resultar imposible. Cuando el respeto, la tranquilidad y la empatía brillan por su ausencia, los problemas están asegurados.
¿Nos cambiamos de casa?
Cuántas personas habrán pensado esto. Pero, ¿cuántos pueden o quieren hacerlo? No es una solución válida para el 99,99% de las personas. Los problemas no hay que evitarlos ni huir de ellos. Hay que enfrentarse a estas situaciones de la mejor forma posible. Solo hace falta paciencia, prudencia y un poco de sentido común.
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