
Buenos modales en la playa. La invasión de los rezagados. ¿Por qué no tengo sitio?
Los que llegan en último lugar, en muchos casos, quieren tener lo mismo que los que han madrugado más que ellos. Por esta razón, sacan sus peores modales y mala educación para conseguir un sitio
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Reglas de comportamiento para tener un día tranquilo sin broncas ni discusiones
Buscar un sitio en la playa puede que no sea una tarea sencilla
Los lugares de playa más frecuentados por veraneantes suelen ser estar bastante llenos de gente. Esta es la razón por la que puede ser realmente complicado encontrar un buen sitio para estar cerca del mar, en una zona tranquila, etcétera.
En muchos lugares con playa los espacios ya están delimitados con sombrillas, hamacas, etcétera. Con la pandemia, este tipo de 'divisiones' se ha generalizado aún más. Pero todavía quedan muchas playas en las que no hay ningún tipo de frontera o espacios bien delimitados. De esos hablamos.
Si pertenecemos al grupo de los no madrugadores, no podemos llegar a la playa e invadir un sitio como si fuera nuestro. Un sitio que le habrá costado a su dueño un buen madrugón, mientras nosotros dormíamos plácidamente, a pierna suelta, entre frescas sábanas de algodón.
No podemos situarnos en el primer sitio que encontremos, invadiendo y molestando a los demás. Si no hay sitio donde queremos estar, a lo mejor tenemos que pensar en alejarnos unos cuantos cientos de metros más para allá y pegarnos un buen madrugón el próximo día. Ya sabemos que la playa no es de nadie y es pública, pero un sitio ocupado por otra persona es para ella durante todo el día -o todo el tiempo que permanezca en él-.
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Si vemos un pequeño hueco para una silla, no tratemos de reconquistar más terreno poniendo, poco a poco, más cosas. La sombrilla, la nevera, la mesa plegable, etcétera, comiendo terreno poco a poco a los vecinos. Es probable, que la cosa termine mal, una buena bronca o una discusión con alguno de los vecinos de toalla.
Si tenemos alguna duda, podemos preguntar a los "vecinos" si les molesta que nos pongamos demasiado pegado a ellos, o bien si pueden hacernos un poco de sitio para colocar una silla más, o para colocar una toalla. La gente es mucho más amable de lo que algunas veces pensamos. Las personas son poco amables con la gente maleducada.
No es tampoco apropiado un comportamiento egoísta y abusivo. Es decir, esas personas o familias que quieren tener para ellos un auténtico latifundio en la playa. Los espacios públicos, como su nombre indica, son públicos y no se pueden ni deben acaparar. Este forma de apropiarse terreno suele ser fuente de conflictos.
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