
Negocios con buena educación. La importancia del protocolo
Las normas de protocolo y las buenas maneras, por sí solos, no venden pero son cada vez más importantes dentro de las empresas
foto base rawpixel - Pixabay
Protocolo empresarial: las buenas maneras dentro y fuera de la empresa
La salida de las empresas al exterior favorece la aparición de cursos de protocolo empresarial.
Las normas de protocolo y las buenas maneras, por sí solos, no venden pero son cada vez más importantes dentro de las empresas. Cada día son más las que se encargan de que la etiqueta esté presente en los actos oficiales que organizan y, si al menos no consiguen hacer negocios, tratar de que una palabra a destiempo o un mal gesto no los estropeen.
El protocolo en la empresa no se limita sólo a organizar las mesas de comensales en las comidas de negocio, que deben estar siempre ordenadas de forma jerárquica, sino que abarca mucho más. La necesaria apertura al exterior hace que, por muy diplomático que sea un empresario, pueda estropear cualquier posibilidad de negocio si infringe gravemente una costumbre local. Por ejemplo, en China es de muy mal gusto regalar un paraguas, algo que muchas empresas tienen en su catálogo de obsequios.
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Las escuelas de negocios, como Uniemprende, de la Universidad de Santiago, organizan a menudo cursos específicos de protocolo empresarial, en el que los asistentes pueden aprender a cuidar la imagen de la compañía en todas las fases de organización de un acto público. Además, en estos seminarios también se aprende a desarrollar las habilidades sociales necesarias para ser la imagen de la empresa.
El teléfono y los correos electrónicos son dos de las puertas de entrada que, en muchas ocasiones, pueden aparecer cerradas si la persona que contesta no tiene las habilidades necesarias para hacerlo correctamente.
Y, por último, pero no menos importante, las buenas maneras no deben darse solo de puertas para afuera, sino que es fundamental que se apliquen también dentro de la empresa. La buena imagen de una compañía que organiza un acto público a la perfección puede desmontarse en un momento si uno de los responsables reprende en público y a gritos a uno de los empleados o si la persona que pregunta por alguien oye como éste le responde a la secretaria que le diga que no está.
Los expertos en protocolo están convencidos de que, en ocasiones, un buen detalle a tiempo puede ser más impactante que un balance saneado.
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