El trato diario. Cómo tratar con los conocidos. Reglas de cortesía
Personas con las que podemos conversar de temas generales, con las que podemos hablar de una forma distendida en algunos momentos, pero que no llegan a tener un vínculo demasiado estrecho con nosotros.
Tratar con los conocidos. Cortesía a diario
Personas cercanas que no son amigos ni familiares
Un conocido es una persona con la que se tiene un trato cercano pero sin llegar a ser de amistad.
La mayoría de las personas viven en sociedad, salvo que sean unas personas ermitañas, por lo que casi todo el mundo se relaciona de forma cotidiana con personas que pueden entrar dentro de distintas 'categorías': familiares, amigos, compañeros de trabajo, conocidos, etcétera.
El trato cotidiano con determinadas personas, como puede ser el panadero, el camarero de un bar, el dependiente de un comercio, el empleado de una estación de servicio, etcétera, es el que 'genera' este concepto de conocido. Este trato cotidiano en nuestra vida social y laboral con otras personas es el que crea los conocidos.
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Ni amigos, ni familiares
A esta 'categoría' de personas es a las que hemos denominado conocidos. Quién no tiene un conocido, en un bar, en una oficina, en un organismo público, etcétera. El trato continuado con estas personas nos hace crear una "relación" de proximidad que ni es de amistad (aunque pudiera llegar a convertirse en ella), pero tampoco es de lejanía absoluta.
Estos conocidos, son las personas con las que podemos conversar de temas generales, con las que podemos hablar de una forma distendida en algunos momentos, pero que no llegan a tener un vínculo demasiado estrecho con nosotros. Simplemente hay trato educado por ambas partes, que van un poco más allá.
"Un conocido puede ser la puerta de entrada de una amistad"
No quita, para que a partir de un trato con un conocido, se pueda llegar a una amistad o algo más, incluso. Hay una frase que refleja muy bien este punto: "son muchos los conocidos y pocos los elegidos". Podemos conocer muchas personas, pero pocas llegan a ser de nuestro círculo de amistades.
Tratar a los conocidos con respeto y educación
Tal y como hemos dicho en el capítulo sobre el tú y el usted, los conocidos se merecen un respeto y un trato adecuado. No podemos "exigir" un trato correcto y adecuado, si nosotros no se lo damos a ellos. Pues, aunque parezca mentira, aún hay personas que consideran al señor del kiosko, al camarero, a la azafata, etcétera sus sirvientes. Ellos quieren todo el respeto y trato educado, pero luego tutean o exigen de malos modales o de forma soberbia su servicio.
Debemos recordar que todos somos personas, independientemente del cargo, mérito o dinero que tengamos. No puedo dejar de reflejar una frase que siempre oí a mis padres: "hay personas tan pobres, tan pobres, tan pobres, que solo tienen dinero".
Seamos respetuosos con todo el mundo, pues todo el mundo se lo merece, hasta los maleducados.
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