Historico Página 120

Es necesario que el lenguaje se preste a las diversas formas que exige la narración.

Las preguntas son sin duda necesarias, pero exigen mucha delicadeza y tacto a fin de no fatigar y herir a los demás.

Después de haberse informado del estado sanitario de la persona a quien se visita, conviene preguntarle acerca de su familia.

La buena educación militar, o sea la urbanidad, que a esta clase incumbe, tiene ciertos caracteres particulares marcados en sus ordenanzas.

La urbanidad es una cosa bastante difícil para esta clase, que ve sin cesar pasar delante de sus ojos gentes constantemente animadas de un sentimiento que hace poco amable el interés.

Las discusiones religiosas son entre todas las discusiones las que exigen más reserva y cuidado; pues frecuentemente, sin darnos de ello cuenta, la conciencia se pone al servicio del orgullo.

La urbanidad exige que estemos siempre vestidos de una manera propia y decente aún en el interior de nuestra habitación y recién salidos del lecho.

El sentimiento religioso es la inmensa, quizá la única diferencia que se encuentra entre el hombre y el animal.

Difícil nos sería el hacer una breve reseña de las transformaciones del Ministerio de Estado; reseña que, admirablemente detallada y con una colección de importantes y curiosísimos documentos, publicó este Ministerio en su Guía diplomática de

Los Soberanos entre sí se ceden el paso, según la edad o la antigüedad en el trono, y a veces por suerte.

Divisa de uno o más colores, en forma de rosa o lazo y otras, que se coloca en la parte más visible del sombrero o morrión, etc., y es el distintivo de los ejércitos de diferentes naciones, etc.

Cada empleo o profesión tenía antaño un nombre especial para cada tipo de remuneración.

A partir del año veinte, más o menos, se inicia en España, aunque esporádicamente, este movimiento conducente a incorporar a las niñas colegialas de clase acomodada, a los estudios universitarios.

Las distintas dependencias de la casa, utilizadas por todos los componentes de una familia, deben guardar unas normas y, sobre todo, un orden en general.

A tu edad se acostumbra a recibir de sus padres una cierta cantidad para gastos superfinos.

El orden consiste en mantener el arreglo, cuidar cada utensilio, cada prenda, cada enser del ajuar doméstico.

Una persona es tanto más interesante cuanto más se interese ella misma por las cosas.

Los cumplidos deben hacerse de manera natural, sin afectación, y sin que parezca que han sido preparados.

Hay que tomar buen cuidado, estando en compañía, de no oponerse a las opiniones de los demás.