Las guayaberas de protocolo
Según la R.A.E. la guayabera: prenda de vestir de hombre que cubre la parte superior del cuerpo, con mangas cortas o largas, adornada con alforzas verticales, y, a veces, con bordados, y que lleva bolsillos en la pechera y en los faldones
Usar una guayaba para el tiempo de calor
El cambio climático existe. Es una realidad, no se trata de una invención. Lo estamos viviendo y padeciendo. Por ejemplo, los meteorólogos nos habían prometido que este verano sería fresquito, y no hemos parado de sudar, en la ciudad, en la playa y en la montaña. Tengo una sobrina que incluso me ha preguntado dónde puede reclamar, ante el incumplimiento flagrante de la promesa de bienestar veraniego que nos habían hecho. Pero no hay oficina de reclamaciones en este caso. El cambio climático es consecuencia del desmadre humano. Y tampoco parece que haya voluntad de corregir el desmadre por parte de los responsables del mundo.
La principal causa del cambio climático es el calentamiento global, que está teniendo una importante influencia en el comportamiento de los seres vivos, afectando, por ejemplo a la caída de hojas otoñal y a los brotes primaverales, a las migraciones de aves y otras especies, y a las épocas de reproducción. Muchas especies se están adaptando, aunque ello no garantice su supervivencia a largo plazo.
Nosotros, los humanos, deberíamos ir adaptándonos también, si queremos sobrevivir al calor, a la calor, a los calores y, sobre todo, a las calores que se nos han echado encima. Y una primera adaptación podría consistir en modificar nuestro vestuario.
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Hay que reconocer que en esto de la adaptación vestimentaria las mujeres nos han cogido la delantera. Su vestuario es mucho más versátil, ya sea para ir informal, ya sea para ir arreglada, ya sea para ir de protocolo o etiqueta. Basta con observar los reportajes de la boda de Fran Rivera y Lourdes Montes: todos los hombres de "uniforme" -engollipados por las corbatas, escudados tras los chalecos cruzados y abrigados por el chaqué-, mientras que las damas iban de lo más variado y de lo más suelto.
Otro ejemplo: la toma de posesión de la presidenta Díaz, en la que todos los varones iban de traje oscuro con corbata y las hembras iban cada una como quería. Y esto, ya fuera entre las autoridades o entre el público asistente, en general. Es cuestión de pensarlo.
El vestuario en el mundo clásico
En otras épocas, las cosas no eran así. Sin ir más lejos, ahí está el mundo clásico: en Grecia y en Roma, togas y túnicas para todos los géneros. Togas de verano y togas de invierno; túnicas de casa y togas para ir al Senado; túnicas cortas y togas de cuerpo entero; togas para el hombre y togas para la mujer. En todo caso, prendas sueltecitas y aireadas, que permitían la soltura de movimientos y la ventilación general del cuerpo, tanto femenino como masculino. ¿Se imaginan?
"El protocolo no tendría que estar reñido con la guayabera"
Sin llegar a tanto, creo que la guayabera, conocida también por cubana, puede ser la solución para el hombre andaluz de nuestro tiempo. Sin bromas. Una prenda ligera y versátil, con cuatro bolsillos para llevar lo que haga falta, y con variedad de tejidos y colores. Guayaberas sencillitas, para ir al trabajo. Guayaberas mejoraditas, con sus jaretitas o alforzas, para asistir a reuniones o ir de visita. Guayaberas de etiqueta, blancas por supuesto, para asistir a entierros, actos públicos o para salir arreglado el domingo. En otros sitios cálidos ya las usan. El protocolo no tendría que estar reñido con la guayabera. ¡La guayabera de protocolo, trampolín para la supervivencia!
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