
Urbanidad en la casa y en el juego.
La urbanidad no es algo que solo sea aplicable fuera de casa; en la casa y en el juego también debe tenerse en cuenta.
Urbanidad en la casa y en el juego.
¿Referirá Vd. lo que se hace en su casa?
Contar fuera de mi casa lo que sucede en ella, además de otros inconvenientes, me expondría a decir cosas quo mis padres no quieren participar a otras personas.
¿Puede Vd. incurrir en otros defectos con los cuales de Vd. a entender que no es hombre fino?
En el modo de andar faltaré a las reglas de urbanidad, siempre que deje de hacerlo con sosiego y compostura, si corro o salto, si levanto excesivamente los pies, y si los arrastro.
¿Hay otros casos en que se falte á la urbanidad en el modo como se anda?
El niño que va por la calle cojeando, riñendo con los compañeros, y dándoles golpes con los libros, no solo se conduce contra la urbanidad, sino que prueba una falta absotuta de educación, y se hace igual a los que andan perdidos por las plazas.
En el juego ¿cómo se conducirá Vd.?
Al jugar con mis compañeros guardaré compostura, seré generoso, no me enojaré si pierdo, ni me burlaré de mi contrario en caso de que yo venza.
¿Y pondrá Vd. una atención suma cuando juegue?
El juego no vale la pena de ocuparnos seriamente, porque entonces deja de ser una diversión, y prueba que no se tiene por objeto dar un esparcimiento al ánimo, sino vencer.
¿Esconderá Vd. los juguetes de sus compañeros para hacerlos inquietar buscándolos?
Es un defecto muy grande ocultar cualquiera cosa de otro niño, pues además del disgusto que se le causa, puede el que lo hace dar ocasión a que el otro sospeche que deseaba quitárselo.
Cuando en el juego haya dudas acerca de si se ha faltado a las reglas, ¿qué hará Vd.?
Sin altercar ni ostentar porfías para resolver casos dudosos en el juego, pediré a los circunstantes que decidan, conformándome tranquilamente con su resolución.
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