
Cuestiones sobre la urbanidad. VIII
La urbanidad y la civilidad para los jóvenes en unas simples cuestiones.
Cuestiones sobre la urbanidad.
Durante la visita, ¿qué deberemos observar?
¿Qué hemos de hacer siempre que entre o salga un sujeto de la sala en que nos hallamos reunidos?
Delante de otras personas, ¿tienen que evitarse algunas groserías?
En las conversaciones, ¿es prudente revelar los secretos ajenos, y el manifestar curiosidad?
¿Debemos así mismo abstenernos de soltar palabras asquerosas, y de citar hechos tristes en ocasiones de alegría o diversión?
¿Qué máxima conviene tener presente en las conversaciones?
¿Tiene que pedirse licencia a su dueño para poder tocar libros, papeles o adornos en una casa ajena?
¿Es licito jamás excedernos en las alabanzas?
Cuando Vd. se halle en la necesidad de escupir estando en presencia de una persona de respeto, ¿qué efectuará?
Las puertas, ¿de qué modo tienen que dejarse?
Cuestiones sobre la urbanidad
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Se puede invitar a los demás a que beban, con tal que sea cortésmente, con moderación y sin forzarlos.
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Las relaciones que existen entre los dos sexos hacen que haya alguna diferencia en el modo de conducirse el uno con el otro.
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La mejor educación que se le puede dar a un joven es la de un colegio, y la de su casa.
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Se debe particularmente cuidar de tener siempre los vestidos muy limpios: la modestia y la urbanidad no pueden soportar nada de suciedad ni de negligencia
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Manifestar siempre en todos los casos una opinión exactamente conforme con la del interlocutor, aun cuando ésta se rectifique, constituye una disposición de ánimo determinada por muy distintas causas
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La desmedida idea de sí mismo mezclada al desprecio de los otros, constituye el orgullo.
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Manifestar que no perdéis una palabra de cuanto los otros dicen y que experimentáis los afectos que tratan de mover en vuestro ánimo, es un deber tan evidente que no necesita encarecerse.
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El modo de comportarse en la escuela y la forma de tratar con respeto a los maestros.
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Leonardo Da Vinci destacó en múltiples disciplinas. Sus inventos han sido admirados en épocas posteriores
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Alzóse con el mundo la necedad, y si hay algo de sabiduría, es estulticia con la del cielo; pero el mayor necio es el que no se lo piensa y a todos los otros define.