
Del reloj y de los sellos.
El reloj se lleva en el bolsillo del chaleco metido en una cadena de oro.
Objetos de capricho.
Del reloj y de los sellos.
Ya solamente los ancianos y los trabajadores llevan el reloj en el bolsillo de sus calzones; en el día se lleva en el bolsillo del chaleco, metido en una cadena de oro echada al cuello bajo del chaleco, y que se introduce entre el tercero o cuarto ojal.
Ya no se lleva sello, sino una llavecita de oro que sirve para dar cuerda, y que se deja ver o no. A veces, puede ponerse el reloj en el bolsillo del calzón, pero esto es cuando es muy chato. En tal caso debe tener hacia afuera una cadena de oro corta y formada de eslabones prolongados, de los que se vean uno o dos.
Un hombre de gusto se guarda muy bien de ostentar su reloj. Una rica simplicidad debe brillar sobre todo su tren, por lo cual es tan ridículo llevar un reloj de plata, como uno guarnecido de diamantes.
La repetición ya no es de moda sino para los viajes o las partidas de caza. Nada hay más desagradable que hacer sonar la repetición en una tertulia o en medio de una conversación. Aquel tin tin a nadie gusta sino a los niños que se divierten con el ruido, y entretienen su imaginación con un mecanismo que no puede concebir.
-
7291
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Nuestros vecinos los ingleses dan una grande importancia al arte de ponerse la corbata.
-
No se crea que este tratado sea un estimulante del lujo, ni un catecismo de imitación de los extranjeros.
-
Un deber que estamos obligados a cumplir con respecto a nosotros mismos, es el de refrenar nuestras pasiones.
-
El paseo es un ejercicio conveniente que contribuye grandemente a la salud del cuerpo y hace al espíritu mejor dispuesto a las actividades que le son propias
-
Las costumbres domésticas influyen notablemente en el modo como nos conducimos entre extraños; porque no basta saber las reglas de buena crianza, es preciso tener la costumbre de practicarlas.
-
En el colegio el niño bien educado debe tener buen comportamiento con sus profesores y compañeros
-
Siempre la juventud, en los pueblos, se ha divertido a sus anchas y pocas veces en sus juegos se han lamentado percances de importancia.
-
Las diversiones son ejercicios a los que se puede dedicar algún tiempo durante el día, para descargar la mente de las ocupaciones serias
-
No es lo malo escrutar; lo malo es que el afán de investigación se traduzca en juicios críticos, en comentarios que única y exclusivamente pueden redundar en daño ajeno
-
La escuela y el hogar eran los otros ámbitos en los que resultaba apropiado un silencio, quizá no tan drástico como el del templo, pero sí con escasísimas excepciones
-
Una persona educada debe minimizar los defectos de los demás, bien ignorándolos o bien haciendo ver que carecen de importancia
-
El orden que se debe observar para el lavado de las manos es el hacerlo según el rango que se tiene en la familia; o si se come en compañía, según el rango que se tenga entre los invitados