
Acciones irregulares que deben evitarse en las concurrencias.
Una relación de las acciones que deben evitarse en presencia de otra persona.
Dadas estas reglas por lo tocante al modo de hablar, pasaremos a las acciones irregulares que deben evitarse en las concurrencias, y generalmente en presencia de toda persona a quien se deba respeto. Dichas acciones son las siguientes:
1º. Desnudarse, vestirse, estirarse las medias, componerse los zapatos, limpiarlos del polvo o del barro, y otras cosas semejantes.
2º. Cortarse las uñas, o roerlas con los dientes.
3º. Ponerse el dedo en la boca o en la nariz, o mirar al pañuelo después de sonarse.
4º. Rascarse en la cabeza o en otra parte, de modo que lo vean los demás.
5º. Hacer visajes o gestos con la boca, con la nariz, con los ojos o con la frente, estar con la boca abierta, sacar la lengua, morderse los labios o limpiarse los dedos y las manos con saliva.
6º. El recostarse contra el respaldo de la silla, el estirar los brazos, o dar castañetazos con los dedos.
7º. Toser o estornudar demasiado fuerte, o rociar a los demás con la saliva, cuando no se tose o se estornuda. Para evitar este inconveniente debemos volver la cabeza a otro lado al toser o estornudar, poniendo el pañuelo delante de la boca y narices.
8º. El tocar la trompeta al sonarse, el bostezar con mucho sonido, o el seguir hablando al mismo tiempo que se tiene la boca abierta para bostezar; aun el mismo hecho de bostezar debe evitarse en lo posible en presencia de otros, porque da a entender que nos cansa su compañía.
9º. El alentar en la cara de la persona con quien se habla, o rociársela con la saliva que salta al hablar.
10º. El gargajear o escupir en el suelo frente del sujeto con quien se habla.
11º. Rechinar los dientes o limpiárselos, o escarbarlos, o morder piedras ásperas o hierro, o hacer rumor alguno desagradable.
12º. El hablar o reír consigo mismo en presencia de otros, o cantar o tocar el tambor con los dedos, o desperezarse, o silbar, o enredar con los pies, como también el juguetear con cualquiera cosa que se tenga en la mano.
Igualmente es descortesía el dar grandes carcajadas, el reír con un estruendo indecente o sin motivo, o por cosas insulsas, o reírse de otro cara a cara y con desprecio.
13º. Sentarse cuando los demás están en pie, pasearse o saltar mientras los demás están sentados, leer cartas o libros, o dormirse cuando otro habla.
14º. El disponerse para satisfacer alguna necesidad natural delante de otras personas, o volverse a vestir en su presencia, o lavarse después las manos delante de ellas.
15º. Enseñar a otro alguna cosa asquerosa, o darle a oler alguna cosa pestilente.
16º. El volverse de espaldas a otro, o apoyarse en sus hombros, o dar con la mano o con el codo a aquellos con quienes se habla.
17º. El conversar con alguno al oído y en secreto en presencia de otros, sin haber pedido su venia.
18º. El arrimarse a los que están hablando en secreto, o a los que cuentan dinero, o el ponerse enfrente de la puerta del gabinete o de la sala adonde alguno se ha retirado.
19º. El tirar del vestido, o coger del brazo, o tocar en la espalda a las personas con quienes se quiere hablar, o llamarlas de lejos a gritos o con gestos. Cuando queremos hablar a alguno, principalmente si es persona de autoridad, debemos ir a buscarlo donde esté, pedirle después de hacerle la cortesía debida permiso para hablarle, y si tenemos que decirle alguna cosa reservada, tomar antes la venia de los circunstantes.
20º. Tampoco se debe alargar la mano por delante de una persona para recibir o dar alguna cosa a otra, pues esto debe hacerse siempre por detrás de la persona intermedia.
21º. Por la misma razón no debe pasarse por delante de otra persona sin necesidad, o sin pedir su permiso, antes es menester pasar siempre por detrás, cuando hay lugar y cuando no lo hay, tomar su venia, como se ha dicho.
22º. Si estando sentados se acerca alguno a hablarnos, debemos ponernos en pie.
23º. Si alguno nos hace alguna pregunta, no debemos responder a secas si o no, sino sí señor, o no señor.
24º. Jamás debemos usar con las personas que nos son superiores del tono imperativo, como v. gr. (verbi gratia) diciendo haga usted esto, diga esto otro, venga o vaya y compañía, sino diciendo antes: suplico a usted, le ruego hágame usted el favor, o la fineza, o el gusto, o sírvase usted de hacer o decir tal cosa.
25º. A cada persona de autoridad hemos de dar en la conversación el título que la corresponda, como de Majestad, Alteza, Excelencia y compañía, cuya distinción se aprenderá fácilmente con la instrucción de los Maestros, y el trato de gentes.
26º. Aun con nuestros iguales debemos evitar toda expresión que suene a imperio; y así en lugar de decir haga usted esto, o haga lo otro, debemos usar de estas o semejantes expresiones, hágame usted el favor, o sírvase usted de hacer esto o lo otro.
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