Los importantes.
No tienen la voluntad ni poder de proteger a nadie.

De los importantes.
Entre las ridiculeces más numerosas en la tierra, que lo son más que las estrellas en el firmamento, la que más compasión causa a todo hombre sensato es la nulidad importante .
Son frecuentísimos en las cortes de todo el mundo, sin tener la voluntad ni poder de proteger a nadie, pasando toda su vida en las antecámaras de los Ministros y principales personajes.
Reciben en ellas, con una admirable constancia, postes de horas enteras, de los que se vengan a su vez sobre las personas sencillas y crédulas, que en su tono de seguridad se persuaden que son hombres de infinitas relaciones. Siempre llevan, tras sí, alguno de estos necios, con los cuales juegan al ministro y a los pretendientes.
También antes de hablarles es necesario hacer antecámara durante una hora, porque un hombre tal debe estar abrumado de negocios. Mientras se le aguarda, se divierte él en su gabinete en calentarse a la chimenea, o en componer alguna décima para una Excelencia, porque a pesar de su necedad, quiere también pasar por un hombre de ingenio.
En fin, se abre la puerta y le encontraréis en un bufete lleno de papeles, escribe cuando entráis, os escucha sin dejar de escribir, os responde de la misma manera y os despide prometiéndoos todo lo que queréis.
Continuáis con esta práctica diaria por algún tiempo; pero llegáis a conocer con quien las habéis, y no volvéis a poner más los pies en casa de vuestro poderoso protector; mas sin duda ninguna que encontrará otros simples a quienes formar en la misma escuela, porque él ha protegido, protege y protegerá. Pero este hombre, diréis, ¿es un fatuo, un hombre sin vergüenza, un tonto? No, es un importante.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Nada tan agradable como una niña limpia y bien compuesta, aunque sean sencillos o humildes sus vestidos.
-
La alabanza es razonable con tal que fundándose en la verdad o en la verosimilitud, sirva de estímulo o de recompensa al talento, a la virtud o a la industria.
-
En la mesa es donde se ve la torpeza y mala educación del hombre que no es buen gastrónomo
-
Reglas de un caballero cortés al salir de paseo con otras personas.
-
El arte de conversar supone crear un equilibrio entre el tiempo destinado a escuchar y el destinado a charlar.
-
Muy bien se puede huir de un hablador en una tertulia, pero no hallo medio para sustraerse de él cuando se le encuentra en la calle.
-
La dignidad en los modales son la prueba de la buena crianza, porque tanto se falta a ella por carta de más, como por carta de menos.
-
Las leyes de la moral imponen al hombre que vive en sociedad, la obligación de ser prudente, discreto, circunspecto, indulgente.
-
En un templo debemos mostrar un profundo respeto y recogimiento.
-
Al entrar en el mundo debemos tener la convicción de que entramos en un ambiente honrado, en el cual los actos no siempre están de acuerdo con las máximas.
-
Gran asunto de la cordura, nunca desbaratarse: mucho hombre arguye, de corazón coronado, porque toda magnanimidad es dificultosa de conmoverse.
-
Si pasa la noche con iguales, se porta con aquella urbanidad habitual que jamás debe abandonarle.

