Aquella urbanidad Página 2
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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Todo hombre que tiene libre el uso de sus ojos, y de su mano derecha, puede escribir la forma de letra que le guste.
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Observa, pues, a las personas mejor criadas el semblante, el tono de voz, y hasta las palabras que emplean para presentarse, despedirse, ofrecerse ...
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Para que en la sociedad le crean de buena crianza, hay que saber como vestirse, hablar, comer, bailar, y hacer todas las cosas como hijo de un noble y no como hijo de un plebeyo.
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Por qué unas personas nos gustan más que otras, teniendo igual o mayor mérito, hallaremos que la razón es porque los primeros tienen cierta gracia que no tienen los últimos
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Hay que esforzarse por conocer las preferencias de los novios, pero casi siempre se desea causar una sorpresa y se sacrifica la satisfacción de los destinatarios a la propia
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Generalmente son los abuelos o los padrinos de boda de los padres los que sirven de padrino y de madrina al recién nacido
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¿Hasta dónde llega la obligación de regalar, en las personas que no están comprendidas entre los padres o hermanos de ambos contrayentes?
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Es la manera de portarnos correctamente con nuestros semejantes. La acción o demostración con que una persona manifiesta a otra la atención, respeto o afecto en que la tiene.
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El vestido fijaba muy a menudo la posición de las distintas clases sociales.
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Una de las economías mal entendidas y más perniciosas de que debe abstenerse toda ama de casa, es la de la falta de alumbrado.
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Fijar horas invariables para las comidas, teniendo en cuenta el estado y ocupaciones de su marido y la costumbre establecida.
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El equipamiento de las habitaciones de una casa, sus muebles y enseres. Su cuidado.
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Las ceremonias del casamiento suelen solemnizarse más cuando se trata del matrimonio canónico que cuando es solo civil, pero se asemejan tanto, que las reglas que vemos convienen a las dos formas de unión legal.
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Los colores vivos deben usarse con gran cuidado y precaución, o renunciar a ellos si no se confía en saberlos combinar sabia y artísticamente.
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Los mejores libros, considerándolos desde el punto de vista que nos ocupa, son indudablemente los libros de viajes.
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Las teorías filosóficas mal digeridas y las extravagancias literarias de algunos autores desequilibrados, necios o eunucos de ingenio, les torcieron el camino a muchas personas.
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La lectura puede ser una medicina eficacísima contras las dolencias del espíritu si en su elección se medita y se acierta.
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El estilo Luis XVI muestra solamente tentativas malsanas a una reforma y una decadencia que tienen por causa una desdichada imitación a la antigüedad.
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La transición al estilo Luis XIV es muy bella, y la decoración interior es muy completa, muy animada, muy rica.
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La alcoba no ha de habitarse mas que a las horas de sueño. Las ventanas estarán abiertas una parte del día en todo tiempo.
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El comedor de la casa solía ser la habitación más espaciosa y mejor adornada de toda la casa.
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Cuando un caballero se pone el abrigo o se desembaraza de él o del bastón, paraguas, etc., para entrar en el salón, el criado debe ayudarle y estar alerta a la salida para abrirle la puerta.
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Nunca un criado se permitirá familiaridades con visitantes ni con nadie de la casa.
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Todo ha de estar limpio, ventilado, cuidado, y sin que en ninguna habitación se amontonen trastos inútiles y viejos que dificulten la limpieza.
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El gabinete de una mujer es un nido muelle y perfumado, en donde descansa de sus cuidados domésticos y mundanos.
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Nada más propicio a la conservación como un salón dispuesto y amueblado con gusto y sin ningún color saliente que hiera los ojos ni absorba la atención.