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Cómo ser mejores personas en las redes sociales. No todo vale en las redes sociales. Comportamiento en las redes sociales

Las redes sociales pueden ser tan buenas o malas como los usuarios que participan en ellas. El uso de las redes sociales pueden dañar y ofender a muchas personas

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Un teléfono móvil con una gran cantidad de redes sociales
Buenos modales redes sociales. Un teléfono móvil con una gran cantidad de redes sociales

Las redes sociales y los comportamientos poco educados

Las redes sociales son los nuevos lugares de encuentro -ágoras- donde todo el mundo opina o incluso, donde todo el mundo parece ser experto en algo. No es necesario probar nada, solo hay que decirlo y que la gente se lo crea. Por desgracia, hay mucho crédulo suelto.

El problema no es decir algo, sino cómo se dice. Los insultos, el lenguaje soez, los términos ofensivos campean a sus anchas en la mayoría de las redes sociales. Únicamente hace falta que uno prenda la mecha para que todo 'explote'. Una noticia, un comentario, una opinión puede ser el punto de partida. Pero hay muchos más.

No estamos acostumbrados a admitir opiniones distintas a las nuestras y respetarlas. No hace falta compartir esas opiniones, simplemente hay que respetarlas, por difícil que nos parezca. Tener puntos de vista distintos es bueno. Aunque algunas veces sea muy 'complicado' respetar ciertas opiniones o comentarios.

Los problemas suelen surgir cuando se toman puntos de vista muy extremos que llevan a la confrontación y no al diálogo razonable. Entonces comienzan los insultos y las descalificaciones. Entramos en una jungla sin normas, sin respeto y sin control.

Las opiniones también puede molestar y ofender

Es importante tener en cuenta algunas cuestiones cuando opinamos o contestamos a otros usuarios en las redes sociales.

1. Lo que digo me representa. Por mucho que queramos 'disimular' o hacer creer otra cosa, lo que escribimos dice mucho de nosotros. Consejo: contar hasta 10, o mejor hasta 20, antes de que se nos calienten los dedos para contestar un tuit o un comentario en cualquier red social.

2. No hay gestos ni lenguaje no verbal. Por mucho que se haya intentado suplir los gestos con emoticones u otras formas gráficas, el lenguaje escrito carece del valioso componente gestual. A veces la ironía, la broma, el sarcasmo... no se entienden bien. Hay que elegir las palabras adecuadas con cuidado, porque no siempre se puede entender bien lo que se quiere decir. Nos hacemos una representación mental que no todo el mundo entenderá o se hará esa misma representación en su cabeza.

3. Cara a cara. Es una de las cosas que muchas personas no piensan. Amparadas en un supuesto anonimato, se lanzan a decir toda clase de improperios y barbaridades. ¿Dirías eso mismo a una persona si la tuvieras enfrente? Una gran mayoría no lo haría. Hay que pensar esto siempre antes de escribir. La libertad de expresión no puede ser cobarde.

4. Atenerse a los hechos. Nuestros actos tienen consecuencias. Nuestras palabras, también. La libertad de expresión tiene unos límites. Los insultos no son argumentos. Como indica esta proverbial frase: "Nunca subas la voz cuando discutas. Mejora tu argumento".

Resumiendo, muchas personas no quieren normas, reglas, leyes, pero siempre son necesarias para evitar excesos. En muchas redes sociales se ha actuado tarde a este respecto. Unos simples filtros de palabras y poco más. Ahora están viendo la insuficiencia de muchas de estas acciones y el descontrol que se ha generado con todo tipo de informaciones falsas, comentarios ofensivos o injuriosos, etcétera, etcétera. La libertad es buena siempre que se sepa 'utilizar'. No todo vale en nombre de la libertad de expresión.

 

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