Logo Protocolo y Etiqueta

Comportamiento en la fiesta de Navidad de la empresa

Si tenemos que comunicar alguna queja podemos dejarla para el final de la fiesta, o podemos hacérsela saber a alguno de los organizadores, pero siempre de forma discreta y privada

Se lee en 4 minutos.

Los buenos modales no debemos dejarlos en casa. Nos deben acompañar siempre
El ambiente festivo no debe servir de excusa para tener un mal comportamiento. Los buenos modales no debemos dejarlos en casa. Nos deben acompañar siempre

Reglas de cortesía y comportamiento para saber estar en la fiesta de Navidad de la empresa

Reglas de etiqueta para divertirse en la fiesta de Navidad de la empresa

Los buenos modales no deben ser una prenda de ropa que nos ponemos y quitamos a nuestro antojo. Los buenos modales son como nuestra piel, un comportamiento que nos debe acompañar en todos los momentos de nuestra vida.

Es importante comportarse lo mejor posible en la fiesta de Navidad de la empresa. Para evitar momentos incómodos, es fundamental seguir algunas reglas de cortesía y etiqueta muy simples. También debemos valorar que la fiesta de Navidad de la empresa es una buena oportunidad para que todos nos conozcan un poco mejor. Podemos, con nuestro comportamiento, corroborar o disipar cualquier cliché o estereotipo que pudiera circular sobre nosotros en el trabajo.

La primera regla de cortesía que no debemos obviar es la puntualidad. Llegar puntuales es importante porque muchas de las actividades pueden verse retrasadas e incluso comprometidas por culpa de las personas que llegan tarde. Además, es una falta de respeto para las personas que sí llegan a su hora.

Es posible, que en la fiesta de Navidad de la empresa haya algún tipo de baile o juego para que participen los invitados. Cuidado con salirse de madre. Hay que mantener los buenos modales y la compostura en todo momento. No hay que dejarse llevar por la euforia del momento -y de alguna copa de más, en muchas ocasiones-. Es bueno participar en las actividades organizadas, pero siendo prudentes y respetuosos. Algunas veces querer ser el centro de atención y querer destacar nos puede costar un precio muy 'caro' si no lo hacemos de forma prudente y 'con cabeza'. Recordemos la famosa frase de Hesíodo: "Una mala reputación es una carga ligera de levantar, pesada de llevar y difícil de descargar".

Diversión con moderación

Si hay baile, pero no queremos participar, podemos expresar esta negativa con educación. No tenemos por qué enfadarnos si nos recriminan que no queramos bailar. Si lo hacen, serán tan maleducados los que lo hacen como nosotros si contestamos de malas maneras. Podemos poner una excusa, o bien indicar que no nos gusta o que no nos apetece.

Si queremos bailar con otra persona, podemos pedirlo de forma educada y correcta, directamente a esa persona. No debemos utilizar un intermediario ni amigos comunes para ganarnos los favores de esa persona. Podemos pedir a un amigo común que nos presente, pero no pedirle algo en nuestro nombre -hacer de recadero, de correveidile-. Es mejor que lo hagamos nosotros directamente.

¿Un virtuoso de la canción? Puede que nos hayan 'engañado'

No debemos cantar a pleno pulmón, chillar o gritar, mientras escuchamos ese tema que tanto nos gusta. Tampoco es apropiado subirse encima de las mesas. No debemos hacer nada de lo que podamos avergonzarnos al día siguiente.

Disfrutar de la fiesta y de la compañía

Si tenemos alguna queja que hacer, podemos dejarla para el final de la fiesta, o bien podemos hacérselo saber a alguno de los organizadores, pero siempre de forma discreta y privada. No es correcto dejar comentarios públicos sobre lo mala que es la comida, la bebida, el baile, la música, etcétera. Ni tampoco es cuestión de discutir o tener una bronca y estropear la fiesta al resto de los invitados. Calma y prudencia.

Saber estar y ser educados es algo imprescindible para moverse en sociedad
Un gesto de cortesía, una palabra amable, etcétera, gusta a todo el mundo. Saber estar y ser educados es algo imprescindible para moverse en sociedad

Si la fiesta no es de nuestro agrado, es mejor que nos vayamos, alegando cualquier tipo de excusa -creíble-. Pero no es nada apropiado estar fastidiando la diversión a los demás, o haciendo críticas de manera mordaz e indiscriminada. Es un día para disfrutar y pasarlo bien, no para amargarnos o tratar de amargar a los demás.

Si tenemos un mal día y el autocontrol no es nuestro fuerte, deberíamos plantearnos el no acudir a la fiesta. Por nuestro bien y el de todos los compañeros de la empresa.

Por último, con respecto a la comida y la bebida, ya lo tratamos en el artículo sobre la comida y la bebida en la fiesta de Navidad de la empresa . Simplemente, prudencia y sentido común.

 

Su opinión es importante.

Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.

Contenido Relacionado