
La elegancia, algo más que buenas maneras. I
La dignidad humana envuelve también a aquellos asuntos que ennoblecen o degradan a la persona ante sí misma
MaxxGirr - Pixabay
Cuidar nuestro aspecto, cuidar nuestros modales
Me imagino que el lector esta dispuesto a admitir que la dignidad humana es para nosotros una cuestión importante, pues hoy ocupa páginas y conversaciones innumerables. Casi siempre se habla de ella como un tema político, el del reconocimiento de todos, el de los derechos humanos como fundamento del ordenamiento jurídico, o como una exigencia moral básica e inalienable que debe ser enérgicamente defendida para que la sociedad no se deshumanice.
Sin embargo, pocas veces se habla de la dignidad desde un planteamiento intimista y estético. Pero es muy instructivo hacerlo. El paciente y sufrido lector que esté dispuesto a acompañarme podrá ver, espero, cómo la dignidad humana envuelve también a aquellos asuntos que ennoblecen o degradan a la persona ante sí misma, y en consecuencia ante los demás, por ejemplo la autoestima que uno tenga de sí y la consideración que los demás le otorguen.
Comportarse dignamente es algo que se aprende y que tiene que ver con un hecho escueto y principal: lo feo es indigno y vergonzoso, y debe ser ocultado o sustituido por lo bello y elegante. La presencia de lo bello y de lo feo en nosotros mismos es una parte decisiva de nuestra dignidad.
Te puede interesar: La fórmula para ser elegantes (con vídeo)
Esta cuestión nos preocupa más de lo que en principio estaríamos dispuestos a reconocer. ¿Qué piensan de mí? ¿Qué tal aspecto tengo? ¿No estoy realmente horrible? ¿Pensarán que soy tonto, o viejo, o palurdo? ¿Alguien se habrá dado cuenta de que la culpa fue mía? ¿Qué dirá mi jefe? ¿Quedaré como un imbécil?
La familia de actitudes humanas que se ponen en juego para preservar nuestra dignidad es sumamente rica. Quizá las más importantes son la vergüenza, el pudor y la elegancia.
Otras muchas tienen con ellas una íntima y natural conexión, y por eso nuestro comportamiento las envuelve en expresiones y reacciones que muestran toda la inagotable riqueza de lo humano.
Sin embargo, las tres mencionadas son las encargadas de efectuar el recorrido desde lo más bajo -la fealdad- hasta lo más alto -la belleza-, a través de todos sus intermedios. Son actitudes inseparables y entremezcladas, que aquí no tenemos más remedio que diferenciar para lograr así una cierta comprensión de ellas.
- La elegancia, algo más que buenas maneras.
- La vergüenza.
- El pudor.
- La desnudez anónima.
- La compostura.
- La elegancia.
- Lo íntegro.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La comprensión del papel social de una convención, como es la forma de saludo, refleja una clara evolución...
-
¿El supuesto olvido o desprecio por las buenas maneras es una causa directa de los problemas actuales de convivencia?
-
La propina se basa en una ley no escrita que, si bien representa una cortesía para el que la da, constituye una parte importante de los ingresos mensuales para quien la recibe.
-
La mayoría de las personas no quieren ser objeto de compasión. Nadie quiere sentirse solo y compadecido. La compasión es padecer con el otro, acompañar al otro
-
La participación en foros y redes sociales implica acatar las normas propias de esos medios y las generales de buen comportamiento
-
Desde el momento que cada niña / señorita sale desde su casa en acto oficial, será responsabilidad de la Junta Central Fallera
-
Los preceptos de civilidad se ponen al servicio de las relaciones entre personas según su rango, prestigio y autoridad; las normas de urbanidad resultan así una de las formas de expresión más nítidas...
-
Los homenajes que, en su caso, realicen las comisiones a las Falleras Mayores de Valencia y / o las componentes de las Cortes de Honor no se consideraran actos oficiales
-
En la actualidad, el abanico ha pasado a ser un mero complemento, muy poco utilizado salvo en localidades donde hace bastante calor y en verano cuando se acude algún tipo de espectáculos o en la terrazas
-
El protocolo de la España actual tiene su origen en los años 1548 cuando a Felipe II se le comenzó a servir a la forma y manera del protocolo Borgoñés
-
¿A qué se debe este renovado interés por los modales, incluso en una sociedad como la norteamericana, en la que se supone que justamente no importan tanto?
-
Los tratados de urbanidad siempre han existido para las clases pudientes y para guiar los usos sociales de la aristocracia