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Visitar a un enfermo en casa. Qué llevar. Duración de la visita

Las visitas a los enfermos en su casa no deben ser ni muy larga ni a horas fuera del horario establecido por la familia

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Visitar a un enfermo en casa. Qué llevar. Duración de la visita
Visitar a un enfermo. Visitar a un enfermo en casa. Qué llevar. Duración de la visita

Las visitas a los enfermos o convalecientes

Hay dos preguntas fundamentales antes de realizar una visita a un enfermo:

1. ¿El enfermo puede recibir visitas?

Hay casos en el que el médico no permite las visitas, y por lo tanto nuestra visita no sería ni autorizada ni oportuna.

2. ¿Quiere el enfermo recibir visitas?

Algunas personas prefieren no ser visitadas en esas circunstancias. Hay que respetar las decisiones personales del enfermo o convaleciente.

Si no tenemos negativa alguna por parte del médico o del enfermo podemos plantearnos una visita al enfermo pero hay que tener en cuenta ciertas consideraciones.

El horario de la visita al enfermo o convaleciente

Al igual que en una visita normal a un domicilio extraño, no debe hacerse una visita  pronto por la mañana, ni a última hora de la tarde-noche. Nunca a las horas del desayuno, el almuerzo o la cena (las horas de las comidas). En este caso, evitaremos también la hora de nada más comer, pues será normal que el enfermo descanse o eche una siesta nada más comer.

La duración de la visita

No se deben prolongar las visitas a un enfermo, extremo que puede llegar a agotarle, y por cortesía no lo dirán. Las visitas a los enfermos (salvo en el caso de personas muy allegadas, que pueden incluso echar una mano a los familiares) no se deben prolongar excesivamente. Una media hora es un tiempo razonable para charlar con él y conocer como se encuentra.

La conversación con el enfermo o convaleciente

Debemos evitar cualquier tema que pueda inquietar al enfermo como su trabajo, hablar de enfermedades parecidas, contarle nuestros achaques y temas por el estilo, Debemos conversar sobre temas más triviales y evitar en todo momento darle cualquier tipo de mala noticia (podría hacerle decaer en su estado de ánimo, cosa muy importante para su recuperación). Tampoco se debe comentar nada acerca de su aspecto ni lo desmejorado que está o cuestiones por el estilo. El tono de voz debe ser moderado, sin gritar ni levantar la voz.

Los detalles o regalos

Sabiendo la dolencia del enfermo debemos evitar llevar un detalle no conveniente para él. Por ejemplo, si tiene algún tipo de régimen o no puede comer de todo por alguna circunstancia debemos evitar regalar alimentos. En otro caso, si es un buen detalle (regalar unos bombones a alguien que se ha roto una pierna, por ejemplo, es un buen detalle, pero no para alguien que ha sido operado de una úlcera de estómago, por ejemplo).

En cualquier caso, lo mejor es llevarle prensa o revistas que le entretengan (y más si son de algún tema que le guste: informática, deportes, moda, etcétera). Por supuesto, siempre que no haya sufrido una intervención ocular. También es un buen detalle unas flores para alegrar su habitación o su casa, siempre que no moleste su perfume o padezca algún tipo de alergia. En todo momento, debemos saber la dolencia que ha tenido para saber si el detalle es apropiado o no.

Resumiendo, las visitas a los enfermos en su casa quedan reservadas para los amigos, familiares, vecinos y gente que tenga cierta confianza con el enfermo o convaleciente. En cualquier otro caso, lo mejor es interesarnos por él, pero no visitarle en su domicilio. Podemos hacerle llegar un detalle por medio de otra persona (amigo común o familiar) o enviarlo, pero no debemos realizar la visita a su domicilio, "violando" en cierta medida su ámbito privado.

 

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